Durante la noche del viernes, la Policía de Ecuador ingresó a la embajada de México en Quito y arrestó al exvicepresidente Jorge Glas.
Glas recibió asilo político del gobierno mexicano en medio de crecientes tensiones diplomáticas.
Según lo informado por la presidencia de Ecuador en redes sociales, Jorge Glas Espinel, condenado por la justicia ecuatoriana, fue detenido y entregado a las autoridades competentes.
El comunicado destacó que ningún individuo condenado puede ser considerado un perseguido político; Glas contaba con una sentencia y una orden de captura vigente en Ecuador.
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Justificación de Ecuador
El gobierno ecuatoriano justificó la acción basándose en que se habría abusado de las inmunidades y privilegios de la misión diplomática que albergaba a Glas; indica que otorgarle asilo diplomático era contrario al marco jurídico convencional.
En su comunicado, Ecuador enfatizó que no permitirá la impunidad de delincuentes; por o que manifestó su compromiso de mantener el estado de derecho y la soberanía nacional, rechazando cualquier interferencia en sus asuntos internos.
En medio de estas acciones, la presencia de fuerzas de seguridad en la embajada, situada en el norte de Quito, fue evidenciada por medios locales y se observó a personal uniformado en las inmediaciones.
Consternación en México
Roberto Canseco, jefe consular mexicano en Quito, expresó su consternación por la situación, destacando que la irrupción en la embajada era inaceptable y constituía una locura.
Previamente a la irrumpción en la embajada, la canciller mexicana instó a Ecuador a conceder un salvoconducto a Glas para facilitar su salida, reafirmando el compromiso de México con el derecho de asilo y las convenciones internacionales.
La tensión entre ambos países se había agudizado luego de comentarios del presidente mexicano respecto a las elecciones en Ecuador; considerados “muy desafortunados” por el gobierno ecuatoriano, lo que llevó a Ecuador a declarar persona non grata al embajador de México como respuesta a las declaraciones.