El país reclama (o al menos nuestra región falconiana, según se aprecia en los últimos trabajos de investigación cuali – cuantitativos que hemos coordinado) UN NUEVO LIDERAZGO.
El país transita momentos difíciles. El drama es multifactorial. Venezuela juega o jugará, dependiendo como se mueva su liderazgo interno, un papel estelar en la reconfiguración de la geopolítica internacional y del mercado energético mundial y por ende se proyecta una leve repercusión financiera.
He aquí una clave interpretativa para entender las conversaciones en Noruega, la vuelta a México, la presencia de altos representantes de USA en nuestro país, las licencias del Departamento del Tesoro Americano a empresas en el país…diálogos van, diálogos vienen.
Todo ello tendrá un desenlace final en el venidero 2023 con (en nuestra proyección de escenarios) una propuesta de adelanto de elecciones, estas pudiesen ser de distinto tenor o hasta una relegitimación de poderes.
El país reclama (o al menos nuestra región falconiana, según se aprecia en los últimos trabajos de investigación cuali – cuantitativos que hemos coordinado) UN NUEVO LIDERAZGO…que entre las variables estudiadas, el factor “edad” es clave, pero no es lo determinante. Rostro nuevo no es sinónimo de juventud. Atención a este dato.
El falconiano y en extrapolación el venezolano aspiran un LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL con un nuevo perfil actitudinal: la seriedad personal, la innovación de pensamiento, la claridad conceptual, una visión sencilla y práctica para soluciones concretas a los problemas, experiencia gerencial, carácter, éxito, prosperidad, responsabilidad social, amplitud para consensuar y dialogar y políticamente de centro. Aquí se resume el nuevo carisma político.
El Chavismo-Oficialismo está en lo suyo, se están preparando para seguir dando la batalla electoral, siempre bajo el principio de disciplina y ordenamiento táctico. Esto les ha dado resultados hasta en escenarios muy difíciles y polarizados en su momento.
La gestión de gobierno nacional hoy, no es la mejor, pero mantienen aún un alto nivel porcentual de apoyo popular, sí…mantienen conexión psico-emocional con las barriadas y zonas populares. La clase media que en otrora generaba opinión en favor de la oposición, hoy se encuentra dividida y entretenida existencialmente entre la supervivencia y el esnobismo, dependiendo a sus ingresos económicos.
El análisis de la media estadística de las últimas dos encuestas nacionales a las que hemos tenido acceso, muestran como el Presidente Nicolás Maduro, con la estrategia del 1×10 del buen gobierno, ha aumentado en 2 puntos porcentuales su aceptación de gestión, llegando a 16% a nivel nacional.
El número anterior es asombroso y alto, dada la grave crisis financiera, de seguridad alimentaria y la catastrófica caída del PIB, que asoló a Vzla desde el 2014 hasta hoy.
La “objetividad” es clave a la hora de analizar contextos y entornos.
El PSUV nacional se ha renovado, a dado muestras de alternabilidad interna (a su manera). Desde el año 2020 se percataron que urgía refrescar la estructura partidista y las opciones electorales.
Fué un intento riesgoso, pero que concretaron en victoria electoral. Esto es vital para una organización política.
Las cosas hay que llamarlas por su nombre. La oposición ha tenido una clase política incapaz, inútil y mezquina. Han gestionado más las venganzas internas que las esperanzas nacionales. Prima la voluntad de acabar con el adversario interno (hasta nombres, apodos e hipocorísticos de fauna se colocan entre ellos).
Si tú no has sido capaz de solucionar los problemas de tu casa, difícilmente lograrás enrumbar un país.
Sin embargo la oposición tiene figuras nacionales emergentes que generan grandes, expectativas. Hay un incipiente amago o asomo de renovar los cuadros, ya obsoletos y resquebrajados por los pésimos resultados dados en la última década. Existe un cansancio por cumplimiento.
Figuras como Prosperi, Superlano, Delsa, Duque, Uzcátegui, Ecarri son una muestra de la renovación.
En el caso del estado Falcón, tanto en el partido gobernante de forma hegemónica PSUV (pero a través de formas democráticas como lo ha sido el ejercicio del voto), como en los factores que conforman la oposición (atomizada) llámese G-4, Plataforma, Alianza, Vente Venezuela entre otros, vemos con optimismo sociológico, tanto en la izquierda como en la centro-derecha, nombres que aparte de los dirigentes históricos del Chavismo y de la Oposición, pudieran irrumpir con buena brújula en el camino próximo para determinar los destinos de este estado.
Al lado del joven gobernador Víctor Clark (PSUV) se conjuga una nueva camada de personalidades que visualizo con grandes proyecciones dentro de la maquinaria roja:
* Henry Hernández, Luís Piña, Génesis Garvett, Ali Cardenal Primera, Fernando Bastidas, Francisca Oberto, Jean Carlos Sánchez, Sara Atienza, Enny Zabala, Claudio Thielen, Ruben Molina, entre otros.
En el sector que adversa al chavismo: La Oposición, está insurgiendo con perspectivas positivas y con amplio activismo, líderes como:
* Winston Vidal, Víctor Jurado, Daniel Villa, Vanessa Flores, Elluz Duno, Juan Medina, Ricardo Aponte, José Bozo, José Aular, Hilda Sivoli, Gabriela Córdoba, Atilio Yáñez Essi, Starling Bracho, Jorge Lugo.
En definitiva existen signos claros de RENOVACIÓN, esto nos indica que un nuevo tablero político-electoral está por construirse en el país y en la región. Pero preocupa sobremanera la formación y la educación de estos cuadros políticos.
Los partidos tienen como función societaria, estructurar la misma desde el pensamiento y las diversas cosmovisiones de orden ideológico. He aquí un reto para las nuevas generaciones que pretenden ser dirigentes y gerentes de la función publica.
Zaxd Robles
( Filósofo y Psicólogo)