Las reflexiones sobre la capacidad de la Inteligencia Artificial continúan, a medida que esta sigue desarrollándose.
El ser humano se apoya cada día más en la Inteligencia Artificial (IA) para la realización de trabajos del día a día. Es un intento por reproducir la inteligencia humana en máquinas, a partir del aprendizaje automático y el aprendizaje profundo. Pero, ¿Puede ser la IA capaz de predecir el futuro de la humanidad?
Así como a lo largo de la historia buena parte de las personas buscó conocer su porvenir a través de oráculos o la astrología, otras quieren lograrlo a través de la tecnología.
La filósofa de origen mexicano Carissa Véliz, en el portal Wired, reflexionó sobre esto. “Mientras lees estas palabras, es probable que haya docenas de algoritmos que hagan predicciones sobre ti. Probablemente, fue un algoritmo el que determinó que estarías expuesto a este artículo, porque predijo que lo leerías”, inicia.
No existe una supervisión sobre la Inteligencia Artificial para poder hacer este tipo de predicciones. “Como sociedad”, recalca Véliz, profesora en Oxford, “no hemos pensado en las implicaciones éticas de hacer predicciones sobre las personas, seres que se suponen que están influenciados por el libre albedrío”.
Esto señala que cada persona tiene la decisión de hacer o no lo que favorezca a su futuro.
Las predicciones de la Inteligencia Artificial y cómo afectan a los seres humanos
Pero como destaca Carissa Véliz, “las predicciones no son inocuas. El uso extensivo del análisis predictivo puede incluso cambiar la forma en que los seres humanos piensan sobre sí mismos”.
“La investigación en psicología ha demostrado que socavar la confianza de las personas en el libre albedrío aumenta el engaño, la agresión y la conformidad, y disminuye el comportamiento útil y los sentimientos positivos como la gratitud y la autenticidad”.
En la actualidad, hemos visto cómo gracias a la Inteligencia Artificial se prevé cómo pueden moverse los continentes hasta formar uno solo, como hace millones de años. Pero también cómo con un algoritmo se crearían miles de armas químicas, potencialmente destructivas para la humanidad.
Cada día más, se deja en poder de la Inteligencia Artificial la realización de situaciones que pueden ser determinantes en nuestro futuro. Y está en manos de los científicos e investigadores el poner límites a ello. En manos de los propios seres humanos.
Véliz cierra su valiosa reflexión: “Al decidir el destino de los seres humanos sobre la base de algoritmos predictivos, estamos convirtiendo a las personas en robots. La creatividad de la gente para desafiar las probabilidades ha ayudado a salvar naciones enteras (…) este es uno de los mayores dones de la humanidad, y lo socavamos a nuestro propio riesgo”.
Con información de FayerWayer