El ayuno de dopamina tiene por objetivo ayudar a controlar los comportamientos que causan angustia o un efecto negativo en la vida de un ser humano.
Ayuno de dopamina: esta curiosa moda —por no llamarla controversial—, se le atribuye al psicólogo, Cameron Sepah, y consiste en reducir las conductas impulsivas, consecuencia de un ritmo frenético de vida.
¿Qué es la dopamina?
Principalmente, la dopamina es un neurotransmisor de monoamina; es decir, el cerebro la fábrica para actuar como mensajero entre las células nerviosas y el resto del cuerpo.
Otra de sus caras es su función como hormona, uniéndose a la epinefrina y la norepinefrina, describe la Cleveland Clinic.
Como neurotransmisor participa en: movimiento, memoria, atención, sueño, aprendizaje y estado de ánimo.
Ahora bien, en el campo hormonal: hace que los vasos sanguíneos se relajen, aumente la eliminación de sodio, reduce la producción de insulina y protege nuestro estómago.
¿Qué es el ayuno de dopamina?
Es lograr “reiniciar” nuestro cerebro. ¿Cómo? A través de controlar el comportamiento impulsivo que responde a los siguientes disparadores de dopamina: alimentos emocionales, uso excesivo de Internet y juegos, apuestas y compras, pornografía.
En resumen, el ayuno de dopamina tiene por objetivo ayudar a controlar los comportamientos que causan angustia o un efecto negativo en la vida de un ser humano, describe la Harvad Health Publishing.
¿Cómo hacer un ayuno de dopamina?
Es un método que se sustenta en la terapia cognitivo-conductual. Sepah recomienda iniciar con un acto mínimo que no altere de sobremanera nuestro estilo de vida. Ejemplo, dejar de ver durante cuatro horas al final del día las redes sociales o el celular y cambiarlo por un día del fin de semana en el campo o al aire libre.
Es cierto, quizá ahora que conoces más sobre esta nueva moda no te parezca tan original ya que es una práctica que se ha mencionado mucho para reducir el estrés que se vive día a día. Sin embargo, esta tendencia ha desembocado en un enfoque erróneo en los últimos tiempos.
Las personas están adquiriendo o llevando acabo una versión extrema. Están anulando todo aquello que causa algún placer o satisfacción: no comen, dejan de hacer ejercicio, ya no escuchan música ni socializan. Con la idea equivocada que con ello van anular los niveles de dopamina, cuando es difícil mantener el control sobre un órgano que se encuentra en constante cambio, el cerebro.
El ayuno de dopamina tiene por intensión modificar aquellas acciones que más que causarnos un bien contribuyen a una autodestrucción. Cambiar nuestros hábitos resulta imposible de la noche a la mañana, pero podemos día a día, por medio del autoconocimiento, lograr detectar aquello que nos hace daño y cambiarlo por cosas más positivas.