Las mujeres de ciclos cortos podrían notar de manera más marcada las fluctuaciones hormonales.
Quedarse exhausta haciendo relativamente pocas cosas o tener una sensación de contar con menos energía de la habitual, le ocurre a muchas mujeres cada mes debido al ciclo menstrual y a la fatiga que pueden sufrir en algunas de las fases del mismo.
Irene Aterido, sexóloga, experta en ciclo menstrual y colaboradora de INTIMINA, expone que esta sensación se conoce como ‘fatiga menstrual‘ y se trata del cansancio asociado a diferentes momentos del ciclo menstrual y que está vinculado o bien a la propia menstruación o a la fase anterior (premenstrual) o posterior (folicular).
Las hormonas del ovario –indica Aterido– están implicadas en la fatiga menstrual. «El estrógeno es una hormona anabólica y el anabolismo es un proceso de construir algo.
Cuando estamos en la ovulación, máxima concentración de estradiol, los niveles de energía están al máximo».
Por su parte, la progesterona es predominante en la fase premenstrual. «Esta es una hormona catabólica y el catabolismo simboliza que las moléculas se descomponen, por lo que este proceso hace que tu cuerpo ‘descanse’ y sientas que has bajado de revoluciones», explica la sexóloga.
«Cuando no nos podemos apoyar en los estrógenos en las fases del ciclo más energéticas (la folicular y ovulatoria), sin duda puede aparecer la fatiga premenstrual», afirma Aterido.
Síntomas premenstruales incómodos
La sexóloga comparte que hasta el 85% de las mujeres que tienen la regla manifiestan haber experimentado síntomas premenstruales incómodos, que terminan con la menstruación. Estas pueden sentirse fatigadas, irritables, ansiosas, con cambios de humor o problemas de sueño. «Entre el 2 y el 10% puede padecer síntomas tan fuertes durante la fase premenstrual que se encuentran incapacitadas: es cuando hablamos de ‘trastorno disfórico premenstrual’ (TDPM) y sus causas son infecciosas e inflamatorias».
Las mujeres de ciclos cortos (menos de 27 días) podrían notar de manera más marcada las fluctuaciones hormonales. «Si no nos estamos alimentando bien, el sueño está alterado o el estrés laboral y familiar nos sobrepasan, son factores que favorecen su aparición», añade.
Además, se puede padecer este fenómeno justo después de la menstruación si esta es muy abundante, por falta de ferritina. Asimismo, podría suceder a cualquier mujer durante la menstruación, por el enorme gasto energético que esta supone para el organismo femenino.
Cómo minimizar sus síntomas?
En primer lugar, Aterido indica que habría que examinar la gravedad de la fatiga, si te sientes exhausta y es incapacitante. En segundo lugar, si dura más de un día y afecta a actividades de la vida cotidiana, se tendría que intentar contrarrestar con hábitos saludables como:
– Dieta. Los hábitos alimentarios saludables te harán sentir bien. Los alimentos con mucho azúcar provocan un aumento de los niveles de energía, pero el descenso es repentino e intenso. Por tanto, comer verduras, bastante proteína, beber mucha agua y ser regular con las horas de las comidas es lo mejor para estos casos.
– Ejercicio. Se trata de que incorpores series de ejercicio a tu día a día, no importa cuáles, para ampliar la capacidad del organismo. Puedes salir a dar un paseo, hacer yoga o incluso añadir ejercicios de alta intensidad como correr o el ciclismo.
– Bienestar emocional. Aunque requiere mucho trabajo, el bienestar emocional es esencial para la salud menstrual. Para ayudarte en este campo, puedes dedicarle unos minutos de tu día a meditar o a relajarte activamente.
Con información de ABC