El gobierno del presidente Maduro confirmó que Washington autorizó a empresas petroleras estadounidenses y europeas para que “negocien y reinicien operaciones” en Venezuela.
La vicepresidenta, Delcy Rodríguez, confirmó este martes que el gobierno de EE. UU. autorizó a las empresas petroleras estadounidenses y europeas para que “negocien y reinicien operaciones” con el país suramericano, esto en medio de un complejo paquete de sanciones que ha impuesto Washington contra Caracas desde hace al menos una década.
Previo a la confirmación de Caracas, la agencia de noticias AP, informó —según declaraciones de altos funcionarios del gobierno de EE. UU. que hablaron bajo condición de anonimato—, los cambios que aplicaría Washington con respecto a las sanciones, y anunció que la administración de Joe Biden permitirá a Chevron Corp. negociar su licencia con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), pero no perforar ni exportar petróleo de origen venezolano.
Otras agencias, entre ellas EFE, citando a un funcionario de alto nivel de la administración de Biden, señalaron que durante una llamada con periodistas este confirmó el levantamiento de la prohibición a la petrolera estadodounidense Chevron de negociar con PDVSA, y que el alivio de las sanciones busca tratar de reactivar el diálogo entre la oposición y el Gobierno venezolano.
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“Quiero aclarar que el Gobierno hace esto en respuesta a las conversaciones que están teniendo lugar entre el régimen y el Gobierno interino (de Juan Guaidó)”,
comentó el funcionario.
Por su parte, The Wall Street Journal, en un artículo de su Consejo Editorial titulado “El baile de Biden con un dictador latino”, publicado el lunes, hace referencia a movimientos que estarían adelantando el Gobierno estadounidense y los demócratas, con el objetivo de restablecer sus relaciones con Venezuela y el presidente Nicolás Maduro.
En el texto citan al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien la semana pasada, en una de sus conferencias de prensa matutinas, dijo que “ya hubo un acuerdo con Venezuela para que una empresa estadounidense extraiga un millón de barriles diarios”. “Esto es bueno para Venezuela, es bueno para EE.UU., es bueno para el mundo”, añadió el mandatario.
Con condiciones
Desde marzo pasado inició un acercamiento entre EE. UU. y Venezuela. Ese mes, una delegación estadounidense fue recibida en Caracas por el presidente Maduro, quien calificó la reunión de “respetuosa, cordial” y “muy diplomática”.
Tras ello, Venezuela liberó a dos presos estadounidenses que se encontraban encarcelados: Gustavo Cárdenas, condenado por peculado doloso propio y concierto de funcionario con contratista, así como por el delito de asociación para delinquir; y Jorge Fernández, acusado de terrorismo.
Esos mismos días, después de la reunión, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price, aseveró que Washington “revisaría” algunas políticas de sanciones, pero bajo algunas condiciones.
“Reconsideraremos algunas políticas de sanciones si, y solo si, las partes hicieran un progreso significativo en las negociaciones lideradas por Venezuela en México, para lograr el cumplimiento de las aspiraciones del pueblo venezolano de una verdadera, de una auténtica democracia”, comentó.
Por su parte, el entonces canciller venezolano, Félix Plasencia, señaló que Caracas estaría dispuesta a cooperar con EE. UU. en lo que respecta al comercio de petróleo, siempre y cuando se respete “la soberanía y la legitimidad” del Gobierno de Venezuela.
“Espero que respeten la soberanía y la legitimidad de mi gobierno. El presidente Maduro es el único y legítimo jefe de Gobierno de Venezuela. Podemos hacer mucho juntos en el comercio del petróleo convenciéndoles de que respeten eso”, expresó.
Con información de RT