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jueves, marzo 28, 2024

Quién es Gustavo Petro, el candidato de izquierda

En su tercer intento en llegar al cargo más importante de Colombia, Gustavo Petro lleva a cuestas el lastre de haber sido integrante de un grupo guerrillero.


Gustavo Petro (nacido en 1960 en Ciénaga de Oro, Córdoba, en el norte de Colombia) es el candidato oficial de la izquierda que competirá de nuevo para la Presidencia de Colombia. Con un caudal electoral de unos 4,4 millones tras la consulta interna de la izquierda, el Pacto Histórico, Petro tiene el reto de dejar atrás la imagen de sus opositores de ser un líder de ideas y actitudes recalcitrantes, y tratar de unir a los sectores progresistas para gobernar el país.

En su tercer intento en llegar al cargo más importante de Colombia, Gustavo Petro lleva a cuestas el lastre de haber sido integrante de un grupo guerrillero que propició una de las peores tragedias de la historia del país, la toma del Palacio de Justicia (a pesar de no haber participado directamente), pero a la vez de ser uno de los líderes políticos más importantes de la historia reciente de la nación latinoamericana.

etro se define como un líder de izquierda “progresista” en un país altamente tradicional y de derecha. Propone hacer “girar la economía alrededor de la vida”, apostarle a la riqueza natural y a la protección del medio ambiente, así como “profundizar la democracia”, y hacer una estructura económica “que se base en la producción y no en la extracción”, según dijo en una entrevista a CNN en julio de 2021.

“No es posible una América Latina —llámela usted de izquierda o de derechas— que viva de sacar gas, petróleo o cobre. La única posibilidad de un desarrollo sostenible en América Latina es el conocimiento, es la producción”, dijo a CNN en julio de 2021.

A la campaña de 2022, el líder de izquierda llegó acercándose a sectores impensables para sus campañas anteriores como el pastor evangélico Alfredo Saade, quien participó en la consulta del Pacto Histórico.

ncluso, tras su victoria de este domingo en las consultas internas y cuando la coalición del Pacto Histórico obtuvo una alta votación en las elecciones legislativas (16 senadores y 25 representantes a la Cámara, según el preconteo de la Registraduría), se vio a un Petro calmo y sonriente, confiado en que será presidente en la primera vuelta, apostándole a un cambio de política en en país: “Queremos que aparezca el cambio, la transformación”, dijo en la noche del domingo a un multitud de seguidores en Bogotá.

Falta el tramo final de las elecciones, pero los analistas coinciden en que el resultado en las consultas indica que el sector político que encabeza Petro tiene opciones reales de llegar al Ejecutivo. “Solo con la cantidad de votos que sacó la coalición de izquierda, que es casi tres veces mayor que la de derecha, te diría que está todo ordenado como que por primera vez en mucho tiempo la izquierda se alce con el poder en Colombia”, dijo la analista internacional Inés Capdevila en CNN.

La imagen de Gustavo Petro en Colombia

Petro representa uno de los extremos políticos antagonistas del expresidente Álvaro Uribe Vélez, una polarización de la que muchos dicen estar cansados, según señalaban encuestas del momento cuando había una disposición hacia el voto en blanco de cara a la segunda vuelta en 2018. Y la fuerza que le dan sus millones de electores tiene contrapeso en sectores que prefieren votar por la derecha porque ven en Petro una amenaza al statu quo.

“Colombia es un país muy conservador en donde de alguna manera existe la idea colectiva de que un gran cambio es un salto al abismo”, dijo a CNN Jorge Andrés Hernández, analista político basado en Bogotá y autor del podcast Política y Tabú.

Y Petro, al igual que su némesis, el expresidente Uribe, es un político de amores y de odios.

La carrera política de Petro

La política ha sido transversal a Gustavo Petro. A sus 61 años recoge un paso por la vida pública que lo ha llevado a ser personero y concejal de Zipaquirá, guerrillero, representante a la Cámara, agregado de la embajada de Colombia en Bélgica, alcalde de Bogotá y senador de Colombia durante dos periodos. Es metódico al hablar. Estoico, pausado, teórico. Hay quienes lo califican como orgulloso, autosuficiente, engreído, y sus enemigos políticos lo han comparado con los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez y Nicolás Maduro y, hasta lo han señalado de ateo (a pesar de que ha dicho que cree en Dios)para alejarlo de los votantes en un país mayoritariamente católico.

Petro sigue siendo estigmatizado por sus rivales políticos por su paso por la guerrilla del M-19, una guerrilla urbana de origen socialista, a la que se unió en su juventud. El M-19 dio muchos golpes de opinión como el robo de las armas del Ejército del Cantón Norte (1978), una fortaleza militar, a través de un túnel, y en un acto “simbólico”, recuerda Petro”, el M-19 robó la espada de Bolívar.

Un cambio de tono entre 2018 y 2022

Petro fue el segundo candidato más votado en 2018 frente a Iván Duque, en una campaña altamente polarizada en la que muchos eligieron no alinearse con ninguno de los dos candidatos que representaban los extremos. Muchos otros, con el miedo de “ser como Venezuela” como decía la campaña del Centro Democrático, votaron en contra de Petro, apoyando a Duque, actual presidente de Colombia.

Sin embargo, en esta campaña, Petro ha mostrado un tono más moderado, criticado por muchos de sus filas, por unirse con políticos tradicionales que manejan las llamadas maquinarias políticas como el expresidente César Gaviria, quien podría brindarle su apoyo luego de las consultas internas.

Y eso se debe, según Hernández, al intento que hace Petro por llamar a más sectores y lograr un consenso de cara a una posible segunda vuelta.

“Petro puede que gane la primera vuelta, pero… en la segunda vuelta casi que uno podría decir que todos van a estar contra él, se van a ir todos contra él”, dice.

Y si bien la consulta interna le permite a Petro respirar tranquilo antes de arrancar en forma la recta final de la campaña, el político dijo en julio de 2021 que era realista y que en cuatro años quizá no logre todos sus objetivos.

“Yo no puedo ser ni ambicioso ni falso de que históricamente en cuatro años se pueda producir el cambio real de la sociedad y del Estado colombiano, pero iniciamos una transición. ¿Hacia dónde? Hacia la democracia y hacia la paz”, puntualizó.

Con información de: CNN en español

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