Hernández Suárez es un empresario, con una fortuna propia y presentándose como un outsider, un político independiente ajeno al establecimiento.
Rodolfo Hernández, de 77 años, se refiere a sí mismo con su profesión: se nombra como “ingeniero Rodolfo Hernández”, como si esta fuera parte su nombre de pila. Quien no lo conoce puede hacerse una idea de él como el “Trump” colombiano, que con una fortuna propia y presentándose como un outsider, un político independiente ajeno al establecimiento y a los partidos tradicionales, busca llegar a la presidencia de Colombia el próximo 29 de mayo.
Rodolfo Hernández Suárez (Piedecuesta, Santander, 1945) es un empresario oriundo de la región de Santander, en el noreste colombiano.
Se desempeñó como empresario de la construcción, con lo que amasó su fortuna, y tras un paso polémico pero popular por la alcaldía de Bucaramanga —una ciudad de unos 500.000 habitantes en el noreste de Colombia—, decidió dar un salto a la arena nacional como candidato presidencial con una plataforma basada en la lucha contra la corrupción.
Sus inicios y primeros años en la política
Proveniente de una familia de clase obrera, Rodolfo Hernández, ingeniero civil de profesión, hizo su fortuna entrando en el negocio de la construcción de vivienda de interés social (para las familias más pobres) en los años 90, cuando Colombia atravesaba una crisis de construcción.
En ese entonces, “ante una eventual insolvencia para pagar los créditos adquiridos”, dice su página web, creó el PLAN 100, en la que las familias podían comprar una casa en 100 cuotas mensuales que le pagan directamente a él. La empresa de Hernández era constructora y banco a la vez, ganando intereses por la financiación propia.
Si bien en 1992 ya había sido concejal del municipio de Piedecuesta, en Santander, nunca asistió ni se posesionó como cabildante, “solo mandó una carta renunciando a su investidura a finales de 1992, cuando vencía su período”, reportó el medio local La Silla Vacía. CNN solicitó un comentario a su equipo de prensa sobre esta situación pero no ha obtenido respuesta hasta el momento.
Tras décadas en el negocio de la construcción, Hernández se inscribió como candidato independiente con un millón de firmas. Con su movimiento cívico Lógica, Ética y Estética, y tras prometer millones de casas para las familias más vulnerables, ganó la alcaldía en 2016 con poco más de 77.000 votos. Fueron solo unos miles más que su contrincante más cercano del Partido Liberal.
Pero el alcalde no completó su odisea, pues varios escándalos le ocasionaron tropiezos con la Procuraduría de Colombia, que le puso varias sanciones disciplinarias. Según reportes, para 2019 Hernández tenía abiertas 34 investigaciones disciplinarias en la Procuraduría. CNN se comunicó con esa entidad para solicitar información sobre esto, pero no ha recibido respuesta hasta el momento.
En 2019, alegando persecución política y cuando la procuraduría lo sancionó por presunta participación indebida en política, renunció a su cargo como alcalde de Bucaramanga.
Ahora busca llegar a la presidencia de Colombia convenciendo a sus seguidores que él es el redentor que el país necesita y que bajo su gobierno la corrupción y el robo de dineros públicos se acabará.
“Donde nadie roba la plata alcanza”, dice en la presentación de su plan de gobierno como un epígrafe y asegura, convencido, que a Colombia le “llegó la hora”.
Hernández, el “Trump” colombiano
Rodolfo Hernández se expresa de manera muy coloquial y con frecuencia con groserías. Es informal y busca mostrarse auténtico: una entrevista con CNN en Español vía virtual la concedió en pijama. Quienes lo critican dicen que le gusta figurar, mostrarse. “Él es un narcisista por la figuración y ya lo ha logrado”, agrega Acelas.
Yo soy seguidor de un gran pensador alemán. Se llama Adolf Hitler”, dijo en 2016 en una entrevista con la cadena radial RCN.
Investigado por presunta corrupción
En contradicción con su bandera anticorrupción, Hernández tiene a cuestas un escándalo de presunta corrupción, en el que él se ha declarado inocente.
Se trata del caso de Vitalogic en el que la Fiscalía lo acusó formalmente en mayo de 2021 por celebrar un contrato de consultoría con presuntas irregularidades para “implementar nuevas tecnologías para el manejo de basuras en el relleno sanitario de El Carrasco”.
Hernández insiste que nunca se ha robado “un peso”.
Un confuso espectro político
Hernández es difícil de ubicar en un espectro político. Pero su travesía política lo tiene ya, según una encuesta de Yanhass publicada el 10 de mayo, con el 12% de intención de voto entre una baraja de siete candidatos, justo detrás de los grandes líderes de la carrera, Gustavo Petro y Federico Gutiérrez, y solo un punto por detrás del voto en blanco. A pocas semanas de las elecciones, Hernández está superando a Sergio Fajardo, un político antioqueño que era favorito en las encuestas en 2021, pero cuya intención de voto se desplomó en las consultas más recientes.
Hernández fue un alcalde con buenas calificaciones de su gestión.
Hernández, una víctima de la guerrilla del ELN que secuestró y asesinó a su hija en 2004, dijo a CNN estar de acuerdo con el cumplimiento de los acuerdos firmados entre el Gobierno y la desmovilizada guerrilla de las FARC. Esto a pesar que su postura en 2016 fue votar no en el plebiscito por la paz para refrendar el acuerdo, reportan medios locales.
Con información de: CNN en español