El fenómeno de la punta de la lengua (ToT, por sus siglas en inglés) ocurre cuando una persona habla y se le olvida alguna palabra que necesita mencionar en su conversación.
Pero más allá de no recordar una palabra, esta situación puede indicar un leve deterioro cognitivo, como breves lapsus en la memoria.
Fenómeno punta de lengua
Los humanos necesitan acceso a determinados sonidos para pronunciar palabras y en estos casos, por diferentes razones, el acceso a esos sonidos se debilita o se interrumpe. Entonces, como resultado, las palabras no se pueden emitir cuando se les necesita.
Para solventar el problema en una charla, se suele recurrir a sinónimos y expresiones similares, pero las causas tienen diversas explicaciones relacionadas con el estrés, la ansiedad y falta de sueño.
En algunos casos, estas señales pueden marcar el inicio de alguna enfermedad que desencadene disfunción cognitiva, según un estudio publicado en Plos One..
Las personas de la tercera edad son quienes experimentan estos episodios con más frecuencia en comparación con otros grupos etarios.
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¿Por qué sucede este fenómeno?
Existen varias hipótesis, aunque no hay certezas sobre qué es exactamente lo que provoca el fenómeno PDL.
“La fatiga, el cansancio, la edad y el deterioro cognitivo hacen que uno de los sonidos de la palabra no se active, entonces la forma léxica completa de la palabra no la podemos pronunciar”, afirma explica David Facal, profesor del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Santiago de Compostela en España.
También se habla de un problema con la memoria o con el procesamiento del lenguaje .
¿Cómo combatir el fenómeno de la “punta de la lengua”?
Algunas recomendaciones para evitar el ToT son intentar recordar por sí mismos antes de buscar pistas o ayuda, ya que ejercitar la mente puede ser beneficioso para mantener activas las conexiones neuronales.
Además, la práctica de ejercicio físico regular y una dieta nutritiva estimulan la memoria y la función cognitiva, especialmente en la vejez.
Mantener relaciones sociales y participar en actividades mentales desafiantes, como resolver puzzles o juegos, son otras maneras de prevenir el declive cognitivo.
Los investigadores destacaron que la actividad física puede ser una intervención accesible y de bajo costo para mejorar la memoria en la edad adulta tardía.
Con información de 2001