Las Salinas de Las Cumaraguas, en el estado Falcón, no solo representan un atractivo turístico, sino una vivencia que conecta profundamente con el espíritu de Venezuela. Situadas en el corazón de la península de Paraguaná, este paisaje, casi secreto, emerge como un escenario de ensueño y promete ser un enclave lleno de posibilidades para el fomento de la industria salinera.
Las aguas de tonos rosados y turquesas contrastan de manera espectacular con el azul profundo del Mar Caribe. Además, proporcionan una vista inolvidable, situándose a 17,6 kilómetros al sur del Cabo San Román.
La magia cromática de este lugar emana de elementos naturales como el alga Dunaliella, el microorganismo Halobacterium y el camarón Artemia, residente de estas aguas de alta salinidad. Incluso su denominación, “Cumaragua“, hace alusión a un cangrejo de caparazón rosado que habita la región, cuyo nombre en lengua indígena significa “espuma rosada”.
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No obstante, el momento más sublime se experimenta al caer la tarde, cuando el cielo se enciende en llamas y los reflejos rojizos sobre las aguas dan vida a un espectáculo crepuscular que arrebata el aliento. Un rincón donde el tiempo parece desvanecerse y la naturaleza exhibe su belleza infinita de forma sobrecogedora.
Con información de Venezolana de Televisión/Marca País
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