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viernes, noviembre 22, 2024

¿Sueño americano o pesadilla? Migrantes relatan su drama


La búsqueda del sueño americano se ha convertido en una pesadilla para muchos. El drama que viven los migrantes para llegar a Estados Unidos acapara titulares cada día.

Después de más de tres semanas de aguardar para cruzar a Texas, Lila estaba el viernes en un refugio en la frontera norte de México. Se sentía atrapada. Los cárteles hacen que sea demasiado peligroso regresarse, y el gobierno de Estados Unidos no le ofrece ninguna garantía si decide seguir adelante.

“Sus papeles no le piden, sino el dinero”, dijo Lila, una mujer hondureña de 39 años. Se refería a los agentes que la bajaron de los autobuses mientras viajaba hacia el norte. Por miedo a sufrir represalias de los cárteles, pidió que se usara sólo su nombre de pila.

Su falta de opciones viables refleja la frustración generalizada —tanto entre los migrantes como entre los funcionarios de las ciudades estadounidenses. La misma fue desatada por la llegada de grandes grupos de migrantes esta semana que han abrumado a los agentes de la Patrulla Fronteriza.

Migrantes cruzan de la mano el río Bravo desde México a Estados Unidos. Foto/AP

Más de 8.000 migrantes arribaron esta semana a la ciudad fronteriza de Eagle Pass, Texas, colindante con Piedras Negras. Allí Lila y su pareja cubana esperaban una cita para solicitar asilo en Estados Unidos.

Muere ahogado niño

Muchos otros no esperaron y cruzaron a través del río Bravo, que Estados Unidos denomina Río Grande. Se incluye un niño de 3 años que, según las autoridades, murió ahogado.

Un puente internacional permanecía cerrado el viernes, mientras los agentes son reasignados para hacer frente a la fuerte presencia de migrantes en Eagle Pass.

Migrantes que cruzaron desde México a Estados Unidos esperan para subir a un autobús en una zona de procesamiento improvisada a orillas del río Bravo. Foto/AP

Habitantes de Eagle Pass y de Piedras Negras han dicho el tamaño de los grupos de migrantes que arriban ahora es insólito. Los que llegaron esta semana dijeron que se fueron juntando de manera espontánea a lo largo del camino.

Puedes leer: Estados Unidos otorga TPS a miles de migrantes venezolanos

El sueño americano que se convirtió en pesadilla

“Ahorita Juárez está bien peligroso”, dijo Eric Flores, un hondureño de 39 años.

Hubo 142.037 detenciones de migrantes en la frontera durante los primeros 17 días de septiembre. Un 15% más que las 123.777 del mismo periodo del mes pasado, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. Las mismas fueron difundidas el jueves por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

Esas cifras incluyen hasta 1.450 personas admitidas diariamente con una aplicación móvil para citas de asilo. Este proceso se llama CBP One, pero la gran mayoría son entradas ilegales.

Flores dijo que llegó en un tren desde la Ciudad de México con un grupo de aproximadamente 3.000 personas. El grupo, comentó, se fue dispersando y él fue a parar a un albergue católico para migrantes en Piedras Negras. Le dijeron que allí podría encontrar un espacio seguro. Eran casi 200 migrantes que deambulaban el viernes por los predios de la Casa de Migrante Frontera Digna.

Algunos migrantes que llegan a la frontera se detienen sólo para una comida rápida. Lo hacen antes de cruzar el río Bravo. Otros, como Flores, aguardan para conseguir una cita.

La crisis migratoria tiene abarrotada la frontera entre Estados Unidos y México. Foto/AP

“Esperamos que Dios nos dé una señal y nos apruebe la cita para poder ingresar legalmente”, dijo. “Porque lo que queremos es un sueño americano para trabajar y sacar nuestras familias adelante. No para ir a hacerle daño al país.”

La corrupción fronteriza

Alicia, una hondureña de 36 años, y su familia tuvieron la suerte de conseguir el domingo un cupo para presentarse en el puerto de entrada de Eagle Pass. No quiso dar su apellido por temor a sufrir represalias de parte del gobierno mexicano.

Esta semana, Alicia partió de Monterrey con su esposo, su hija adolescente, su hijo y su nieta con rumbo a Piedras Negras. A pesar de contar con la cita de CBP One, que supuestamente les permite viajar a lo largo de México, ella y su familia se encontraron inmediatamente con funcionarios corruptos.

El puente ha permanecido cerrado debido a la gran afluencia de migrantes que cruzan a Estados Unidos desde México. Foto/AP

En el primer retén les pidieron alrededor de 1.000 pesos —unos 58 dólares estadounidenses— para cruzar. En el segundo, Alicia dijo que su familia y otros migrantes fueron apartados por un soldado. Les dijo que solamente a los que “colaboraban” se les permitiría seguir adelante. Se produjo una especie de subasta, en la que el soldado preguntó al grupo quién quería hacer una primera oferta.

Cuando el soldado vio su fajo de billetes, comentó Alicia, agarró los pesos que se suponía iban a alimentar a su familia durante el viaje.

Información de Associated Press

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