En los últimos días, se han registrado varios casos de presuntos suicidios de menores que han generado preocupación entre las autoridades y las comunidades afectadas. Todas las víctimas, de edades comprendidas entre los 11 y los 15 años, fallecieron por ahorcamiento.
El primer caso ocurrió el pasado 13 de noviembre en la comunidad de San Ruperto, parroquia La Pastora, Caracas. Una niña de 11 años fue hallada sin vida en su habitación después de una aparente discusión con su abuela. Según versiones preliminares, la menor se habría encerrado en su cuarto tras el altercado, aunque otra hipótesis apunta a que sufría episodios de depresión. Las autoridades están investigando este lamentable suceso.
Ese mismo día se reportaron otros dos casos en distintas regiones del país, que también han estremecido a las comunidades locales. En Valle de la Pascua, estado Guárico, una niña de 11 años fue encontrada sin vida por su madre al regresar a casa en el sector Isaguai – El Zamuro. Se espera un informe más detallado mientras continúan las averiguaciones.
Simultáneamente, en Boconó, estado Trujillo, un adolescente fue encontrado muerto en su vivienda en la parroquia El Carmen, sector La Laguneta. Las autoridades competentes han iniciado investigaciones sobre ambos casos para determinar las circunstancias exactas.
CICPC lanza campaña ante suicidios de menores
En respuesta a estos trágicos sucesos, el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) ha reforzado la promoción de campañas de prevención del suicidio. Desde el mes de septiembre, este programa tiene como objetivo identificar y atender señales de alerta en personas que puedan estar en riesgo.
Según Douglas Rico, director del CICPC, las señales pueden incluir conversaciones sobre el suicidio, planificación de actos autolesivos, abuso de sustancias o alcohol, aislamiento social, cambios repentinos de conducta y otros indicadores emocionales significativos.
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El director también llamó a derribar ciertos mitos asociados al tema, destacando la importancia de tratar con seriedad cualquier expresión verbal o conductual relacionada con pensamientos suicidas, ya que suelen preceder los intentos.
Estos suicidios de menores de edad invitan a reflexionar no solo sobre la importancia de la prevención y la atención psicológica, sino también sobre el apoyo emocional que los menores necesitan en sus hogares y comunidades.
Con información de 2001
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