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miércoles, diciembre 11, 2024

 Teodoro Petkoff

” Vale más hombre sabio que hombre fuerte;/ vale más el saber que el poder”

        Pr. 24: 5


No intento escribir en este corto espacio una pretendida biografía (más bien un panegírico) de un maravilloso pensador de carácter universal con límpida sabiduría, me refiero a Teodoro Petkoff, con larga trayectoria vital, cargada de luchas políticas con aportes intelectuales y conceptuales de trascendencia. Primero en su etapa juvenil contra el oprobioso régimen dictatorial militar bajo las caponas del sátrapa, Marcos Evangelista Pérez Jiménez, luego las libradas en una precipitada y errónea decisión en el inicio del surgimiento del sistema democrático en el que por la vía insurreccional armada, empuñada, convirtiéndose en duo con el futuro guerrillero legendario, el falconiano Douglas Bravo, ambos primeros como comandantes, en instaurar desde la Sierra de Coro, el foco guerrillero que denominaron: ” José Leonardo Chirino”, al que en poco tiempo se incorporaría el líder juvenil coriano, posteriormente emblemático, José Manuel Saher.

      En esa travesía, Teodoro, protagonizó 2 episodios que fueron reseñados internacionalmente, se trata de dos fugas espectaculares que como preso político  protagonizaría, una, el 30 de agosto de 1963, en el Hospital Militar, donde estaba recluido por supuestos quebrantos de salud, cuando colgado con una hilera de sabanas, recolectadas por el ya citado Saher, también recluido, quien lo auxilió, descendió del séptimo piso, evadiendo la estricta vigilancia del entonces temible SIFA, cuerpo de seguridad represivo, que lo mantenía cautivo;  la otra, fue ejecutada el 7 de febrero de 1967, desde los tenebrosos calabozos del Cuartel Militar de San Carlos en Caracas, cuando junto a Pompeyo Márquez y  Guillermo García Ponce, con el auxilio externo de Simón ” el árabe” ( seudónimo de quien se desconoce nombre) y el recordado falconiano Nelson López ( luego detenido y desaparecido su cuerpo por esbirros de  organismos de seguridad), a través de un túnel de 15 metros, construido desde el exterior, lograron evadirse.

   En el año subsiguiente el PCV, del cual era dirigente destacado, acordó replegarse de la confrontación bélica, al considerarla un fracaso, asumiendo el término de “paz democrática”, ropaje  con el que participaron en el proceso electoral de 1968, con el partido Unión para Avanzar (UPA)  saliendo electo como Diputado al Congreso Nacional en triunfo presidencial del Dr. Rafael Caldera, quién año después, propició la amnistía general en un proceso denominado, Pacificación, restituyendo la función pública de los partidos inhabilitados en 1961 (PCV en 1969 y MIR en 1970).

        En 1969, Petkoff, escribió un anatémico libro: ” Checoslovaquia: el socialismo como problema”, (Editoral Interlibro, Madrid, 1969) creando un cisma en el universo comunista, con certero análisis sobre las aberraciones  y crímenes del sistema,  expresada con la invasión soviética a Praga en agosto de 1968, lo cual le valió que en XXIV Congreso del PCUS, celebrado ese año, fuese  como una suerte de secta religiosa, calificado de hereje y “ex-comulgado” de ese mundo por el propio Leonid Brézhnev, Primer Ministro Ruso. Ello fue el inicio de su aparatosa disidencia interna que estalló el 19 de enero de 1971, con una ruptura grupal y el surgimiento del Movimiento Al Socialismo, que fue en novedoso episodio en la política nacional, libre de dogmas, que permitió la militancia masiva de  intelectuales de diverso orden, mundo académico, creyentes cristianos, dirigentes sociales y una nueva forma de inserción social. Años más tarde la predicción de Teodoro se produjo con el derrumbe  comunista expresado en el colapso del imperio el 23 de abril 1985 como respuesta al llamado proceso de la Perestroika  liderada por Mijail Gorbachov y luego la estocada el 9 de noviembre de 1989 con la caída del muro de Berlín.

      En el año 1983 publicó un crudo y polémico libro: ” Proceso a la Izquierda o de la falsa conducta revolucionaria” ( Editorial Oveja Negra, Caracas, 1983, 182 págs) en el que hace una autocrítica  valiente  y el de los interminables actos erráticos garrafales, desencuentros y fracasos de la mal denominada izquierda venezolana.

     Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo, discípulos, disfrutando de sus diáfanas e ilustrativas enseñanzas, por lo que podemos afirmar sin apasionamientos afectivos, que estuvimos en presencia de uno de los mayores teóricos de las ciencias políticas de mediados del Siglo pasado y comienzos del presente, cuando se produce su partida, marcando huella indeleble de su presencia, reflejada en sus libros, conferencias, discursos, intervenciones por radio y tv, no sólo de política, sino de la diversidad cultural, histórica, filosófica, sociológica, deportiva y económica. Todo un erudito, formado como estadista.

       Debo aquí afirmar como creció mi admiración y respeto a esa sabiduría, cuando en mi llegada al MAS, donde fue respetada mi fe y convicciones cristianas, fui presentado ante èl, por uno de los propiciadores de mi militancia, el siempre recordado hombre íntegro con auténtica convicción revolucionaria, mi mentor, Ramón Martínez Mustiola. Teodoro me trasmitió un gesto de profunda complacencia y beneplácito por mi ingreso. Recuerdo unas de sus palabras:  ” Estamos abiertos a personas como tú, que contribuirán con este ambicioso proyecto”. 

     Esta percepción la pude testificar cuando tuve la osadía de entregarle el borrador de mi libro: ” La magia de creer en Dios” para que elaborase el prólogo, luego publicado ( Talleres de Miguel Ángel García, Caracas, 1991, 321 págs) toda una temeridad por su condición de no creyente.

     El contenido relata el caso de la invidente Adriana Cáceres, violada por un funcionario policial en la prefectura de Macarao en Caracas, tuvo connotación nacional y logramos descifrarlo, igual que la joven maestra, muerta en el Hospital General de la ciudad de Coro, Jackeline Guanipa, escándalo por mala praxis médica, gracias a la valentía de sus familiares y de la jueza, Nidia Rojas Partidas, también logramos aclararlo, obteniendo justicia en ambos casos, en ellos invoqué la presencia de mi actuación bajo el signo de la fe. De allí el título.

     Mi mayor sorpresa, así como la de hermanos en Cristo y hasta sacerdotes, fue el profundo análisis, en su reseña introductoria sobre el conocimiento teológico y de misticismo, su respeto y valoración de mi actuación resaltando la simbiosis entre dirigente político y militante cristiano comprometido.

    En dos oportunidades (1983) (1988) fue candidato a la Presidencia de la República, con el propósito de construir una tercera referencia y romper la hegemonía bipartidista. En ambas ocupó un tercer lugar. En el terreno regional tuvo resonancia en 1989, el MAS, obtuvo 4 gobernaciones y 11 alcaldías.

        Lamentable fue su partida inesperada, dejando un inmenso vacío de un símbolo de honestidad, coraje para defender sus ideales, humilde en el reconocimiento de sus errores, sin odios ni resentimientos, todo un cruzado de decencia, honradez con brillantez intelectual, contrastando  con tiempos en que la ignorancia, indecencia y mediocridad cubren los espacios de la política, dando protagonismo a espacios como programas televisivos que tienen como plan formativo las estulticias, denuestos, insultos, descalificaciones bochornosas e idioteces en la promoción de un instrumento para rasurarse o el de un bastón de piedra utilizado para agredir en la prehistoria.

     Teodoro Petkoff, partió  el 31 de octubre del 2018, sin bienes de fortuna,  toda una escuela de sabias enseñanzas, con un caudal de  haberes de amigos, compañeros de luchas, discípulos y la fortaleza de su núcleo familiar, conformado por seis hijos, 4 hembras y dos varones, demostrando que vale la pena vivir sin contaminarse con riquezas mal habidas, oropeles y fanfarrias transitorias. 

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