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jueves, noviembre 7, 2024

Toma nota| Estas son las consecuencias de comerse las uñas


Si eres de aquellas personas que cuando están estresadas o aburridas se muerden las uñas, debes saber que se trata de un hábito que, además de afearte las manos, es peligroso para tu salud.

La onicofagia es el hábito psicológico que lleva a las personas que lo padecen a morderse las uñas o a comérselas compulsivamente.

Comerse las uñas es un mal hábito. Foto/Cortesía

Aunque mucha gente piensa que este mal hábito no tiene graves consecuencias sobre la salud, lo cierto es que la onicofagia puede provocar muchos y variados daños no solo en los dientes, sino en otras partes del cuerpo.

A pesar de que no está considerado como un trastorno, todo el mundo coincide en que se trata de una costumbre con un alto componente obsesivo compulsivo.

Comerse las uñas por ansiedad

En general, la ansiedad suele ser el elemento principal que subyace en casi todos los episodios de onicofagia.

De hecho, varios pacientes confiesan que en épocas de mucha ansiedad, de pronto, sin saber cómo, se han encontrado con las manos dentro de la boca, mientras se mordían obsesivamente las uñas.

Comerse las uñas en esos casos parece una vía de escape, muy similar a la que los pacientes bruxistas encuentran al apretar las mandíbulas. Pero en ambas circunstancias, las consecuencias dentales son importantes.

Morderse las uñas ante un problema

En estos casos, la persona que se come las uñas lo hace solo cuando tiene un problema, dejando de hacerlo cuando este desaparece o se soluciona. El motivo para morderse las uñas es confuso.

En algunos casos podría decirse que haciendo eso fuese más fácil concentrarse en la búsqueda de una solución a su problema.

Comerse las uñas como forma de autocastigo

Las personas con la autoestima muy baja —o con tendencias depresivas— inconscientemente sienten la necesidad impulsiva de autocastigarse, de infligirse dolor o provocarse heridas.

Por esa razón, empiezan a morderse las uñas compulsivamente. De una forma o de otra, las causas psicológicas son variadas y suelen venir asociadas también a traumas que en algunos casos se remontan a la infancia.

Consecuencias de morderse las uñas

Aunque puede parecer que las uñas hoy en día no sirven para nada, lo cierto es que estas nos protegen de las infecciones (si por accidente perdieses alguna, la posibilidad de que se te infecte la zona bajo las mismas es muy alta).

Al morder las uñas, estás eliminando la cutícula que protege la uña, volviéndola débil y más propensa a sufrir infecciones como los uñeros.

Al morder las uñas, estás eliminando la cutícula que protege la uña, volviéndola débil y más propensa a sufrir infecciones como los uñeros. Foto/Cortesía

Por otra parte, las manos —y aún más las uñas— son zonas del cuerpo en las que viven con bastante comodidad todo tipo de bacterias y hongos. Y en caso de que te introduzcas los dedos en la boca, esas bacterias pueden provocarte infecciones.

Comerse las uñas afecta a los dientes

La función de los dientes no es morder compulsivamente objetos duros y resistentes como las uñas.

Ese es el motivo por el que tus dientes sufren cada vez que comienzas a mordisquear tus propias uñas.

Por lo tanto, si quieres evitar que tus dientes se desplacen de su lugar, que pierdan su esmalte, que se desgasten o se debiliten —corriendo incluso peligro de que se rompan— deja de inmediato de comerte las uñas.

Además, si tienes tendencia a sufrir enfermedades de las encías como la periodontitis, el hábito de morderte las uñas puede empeorar el proceso de infección en tus encías, ya que estás introduciendo en tu boca muchas bacterias que pueden agravar el problema.

En relación con este problema, la onicofagia también puede provocar halitosis, ya que muchas de las bacterias que se introducen en la boca generan mal olor (que puede verse potenciado por el mal aliento de la propia periodontitis).

Puedes leer: Consumir granola en el desayuno aporta beneficios para la salud

Los músculos de la mandíbula también sufren, puesto que la posición en la que hay que colocar ambas arcadas para morder las uñas es muy forzada. Si la costumbre se convierte en hábito compulsivo, es posible incluso que empieces a sufrir dolores en la mandíbula al masticar los alimentos.

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