La administración del presidente Donald Trump está evaluando una nueva normativa que impediría que la mayoría de los solicitantes de asilo obtengan permisos de trabajo mientras esperan la resolución de sus casos.
Esta medida, aún en fase interna, supondría una ruptura con décadas de política migratoria estadounidense, afectando directamente a miles de inmigrantes que dependen de un empleo legal para mantenerse durante el proceso de asilo.
La suspensión de los permisos de trabajo para los solicitantes de asilo también genera preocupaciones entre los defensores de los derechos humanos, ya que podría impedir que los inmigrantes puedan mantenerse a sí mismos y a sus familias, y obligarlos a trabajar ilegalmente en la economía sumergida.
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Las restricciones pretenden, según funcionarios del DHS, frenar el uso “fraudulento” del sistema de asilo como vía de acceso laboral a EE.UU. El objetivo es eliminar lo que consideran un “imán” para inmigrantes que buscan trabajo, no protección.
Con información de Versión Final