Un año más la Mojiganga hizo de las suyas en el arranque de la Fiesta de Los Locos de La Vela.
El tradicional personaje que viste con un traje de levita negra y un sombrero de copa alta salió a embochinchar al pueblo.
Desde la casa de Margarita Díaz, la Reina de Los Locos, Elisaul Solorzano, el popular chocolate con un cortejo de nueve minis Mojiganga encendió la alegría.
Todo un ritual dirigido por Ibrahim Díaz se vive en la casa ubicada en la calle Marina.
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Los trajes son dispuestos en la sala encima de los muebles a la espera de la explosion del primer cohete.
Cuando se acerca la gran salida, Solorzano, toma el traje y se lo coloca, lo mismo hacen los niños.
Está estación permite que los más pequeños sean semillas para que en los años venideros garanticen la continuidad de la tradición.
Al estar listo, el querido Chocolate se acerca a la mesa donde está el ron y la taza de peltre que usaba Margarita Díaz para santiguar la fiesta.
Tras tomarse un trago y santiguarse, todo está listo para que la Mojiganga haga su salida triunfal.
Una salida explosiva de la Mojiganga
A las afueras de la casa se siente la tensión por ese momento cuando aparezca, el arrime de la burra indica que está próxima a desatarse.
Con el toque de la canción de Los Locos de La Vela y al sonar el tercer cohete empieza el desorden.
La Mojiganga sale disparada a montarse en la burra que este año derrochó una vestimenta con luces.
Peluca roja, antifaz, y una ruana blanca con detalles en negro lució el animal que traslada al personaje por las calles.
Un río de gente se suma a la caravana que tuvo 26 estaciones antes de llegar al punto final, el paseo de Las Banderas.
Lugar donde se da pie a la presentación de agrupaciones musicales.
Pero en el recorrido, la Mojiganga dió su paseo por la alcaldía donde se leyó el decreto de este personaje.
El cual estableció que todo animal suelto será expropiado y comerciante que no colaboré será multado.
Entre otros versos que hicieron alusión al Esequibo.
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