Un número significativo de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo se enfrentan al bullying, lo que repercute en su salud, bienestar y educación.
Los estados miembros de la Unesco proclamaron el primer jueves de noviembre como el Día Internacional Contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el ciberacoso, ya que reconocen que la violencia escolar en todas sus formas “constituye una violación de los derechos a la educación, salud y bienestar de los niños, niñas y adolescentes”.
Bajo el lema “No al miedo: acabar con la violencia escolar para mejorar la salud mental y el aprendizaje”, este año la fecha busca poner de relieve los fuertes vínculos que existen entre la violencia escolar y la salud mental.
¿Qué es el bullying?
Según Unicef, cuando se habla de bullying o acoso escolar se hace referencia a una persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada.
Esta misma acción también puede tener lugar en Internet, por lo cual es denominado como ciberacoso o ciberbullying.
“El bullying es una forma de violencia que puede darse entre niñas, niños y adolescentes, y que consiste en la búsqueda intencional, deliberada y reiterada de hacer sentir al otro humillado. Para que ese otro se sienta humillado tiene que haber espectadores que apoyen a quien lo hace y no protejan o no salven a quien es puesto en ese lugar”, afirmó la licenciada en Psicopedagogía María Zysman, fundadora de Libres de Bullying.
Para él, “cuando los niños son más pequeños tienen menos desarrollada la capacidad de lenguaje, por lo que suelen ocurrir más casos de violencia física, en tanto a medida que crecen y sobre todo en la adolescencia se observa más violencia verbal y psicológica, como por ejemplo la exclusión”.
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Señales de alarma: qué deben hacer los adultos ante un caso de bullying
Ya sea en redes sociales como en la vida real, tanto la víctima como el impulsor del acoso escolar tienen ciertas particularidades, aseguran desde Unicef. Es que mientras uno se basa en la timidez, el otro se muestra de forma inversa.
En ese sentido, desde el organismo enumeraron siete comportamientos de quien padece bullying.
1- Frecuentemente muestra baja autoestima, inseguridad o timidez, puede dejar de juntarse con sus amigos y buscar continuamente la compañía de adultos.
2- Suele estar aislado por sus compañeros y tener poco apoyo en redes sociales, y al mismo tiempo deja de participar en su grupo de pares.
3- Puede mostrar reacciones pasivas, provocadoras (imitando a sus acosadores) o reproducir el acoso hacia otras víctimas.
4- Pueden dejar de asistir a clase, bajar el rendimiento o mostrar desinterés por el colegio.
5- Sufre cambios bruscos de humor, en su alimentación o en su uso de las redes sociales.
6- Puede manifestar miedo a la soledad, ataques de pánico, insomnio o pesadillas.
7- Puede presentar lesiones físicas, perder cosas o llevarlas rotas.
Con información de Infobae
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