Para el politólogo Mario Herrera, el proceso político actual “es inédito para la historia de Chile”.
En Chile se respira expectación e incertidumbre de cara al inédito plebiscito del 4 de septiembre, cuando los chilenos decidirán en las urnas si acogen o no la propuesta de nueva Constitución que regirá al país andino por las próximas décadas.
En un escenario marcado por la crisis económica y crecientes demandas sociales, más de 15 millones de personas fueron convocadas para este domingo a votar entre las opciones “apruebo” o “rechazo” escritas en la papeleta, en los más de 3.000 centros habilitados para sufragar a nivel nacional.
Se trata de unas elecciones de resultado “incierto”, según los analistas, donde será clave el debut del mecanismo de voto obligatorio e inscripción automática en el padrón electoral, una medida para evitar la fuerte abstención que arrastra la implementación del sufragio voluntario en 2012.
“Quiero llamar a todos a participar, a hacerse parte de la construcción de la nueva historia de Chile, a decirles que ustedes son los protagonistas y hoy tienen el derecho y el deber de decidir hacia dónde vamos a ir”, dijo este miércoles a la ciudadanía el presidente, Gabriel Boric, promotor de un acuerdo político que en 2019 posibilitó la escritura de una nueva Carta Magna para el país.
Para el politólogo Mario Herrera, el proceso político actual “es inédito para la historia de Chile”, dado que “es la primera vez que se redacta un texto constituyente por una convención electa con ese propósito, que además tuvo escaños reservados (para pueblos originarios) y ley de cuotas de género”, señaló a Xinhua.
El proyecto, emanado de una asamblea elegida de manera popular, involucró durante el último año a millones de chilenos que aportaron con ideas, pero también con desconfianza y críticas a esa labor ejecutada por 154 ciudadanos, en su mayoría sin experiencia política.
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Ad portas del referéndum, las encuestas se han silenciado y el ambiente político y comunicacional se ha crispado. La desinformación pulula en plataformas digitales y la “trumpización de la campaña mediática hace más confuso el debate”, afirmó a Xinhua la socióloga del Centro de Estudios de Conflictos y Cohesión Social (COES), Emmanuelle Barozet.
Pero “es difícil saber cuánto impacto tendrá esto sobre el votante común que no está pegado a las redes sociales (…) La duda es si la gente vota y qué es lo que vota, porque mucha gente está complicada por la situación económica de inflación y hay una fatiga después del estallido social, la pandemia y muchas elecciones”, explicó Barozet.
El documento, que plantea reformas estructurales a los sistemas de protección social, establece un Estado plurinacional y descentralizado, y pone por delante a las mujeres y el medio ambiente, se convirtió en un inusitado best seller en ventas, pese a su lenguaje técnico y extensión superior a otras del mundo.
Sea cual sea el resultado, este plebiscito no implica el cierre del proceso constituyente chileno, sino un “camino abierto a cambios”, dijo el académico de la Universidad de Talca Mario Herrera, dado el compromiso reciente de Boric de impulsar modificaciones al texto borrador o encaminar un segundo proceso constituyente, de ganar la opción “rechazo”.
Por su parte, los chilenos se preguntan qué ocurrirá el día después de los comicios. En lo político, se barajan posibles acuerdos entre bancadas del Congreso, fragmentado a nivel de partidos, para lograr implementar en corto plazo reformas al sistema de pensiones, salud y educación que satisfagan las demandas sociales levantadas en la revuelta de 2019.
En esa línea, el triunfo de la opción “apruebo” el recambio constitucional sería una de las más importantes conquistas del movimiento social que estalló en octubre de ese año en contra del modelo neoliberal instalado en dictadura (1973-1990), y que impulsó a la clase política a buscar una salida a las protestas.
De esta forma, la posibilidad de renovar la Constitución quedó sellada en un plebiscito el 25 de octubre de 2020, el cual obtuvo la mayor votación en la historia de Chile con más de 7,5 millones de sufragios emitidos, en plena pandemia del nuevo coronavirus.