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jueves, octubre 31, 2024

Coriana enaltece gentilicio en Suecia con perseverancia y ética profesional


A propósito de los 496 años de Coro, el gentilicio de la ciudad de más antigua del país se hace sentir en Suecia.

Una médico coriana sorteó infinidad de obstáculos para ejercer su profesión en el continente europeo, hasta que lo consiguió.

En Suecia, Revilla tuvo que sortear muchas trabas para ejercer su profesión aún con la demanda de médicos en ese país, pero su perseverancia la llevó a triunfar
Brillante mujer que se abrió paso para dejar en alto el gentilicio de Coro. Foto/ Cortesía

Se trata de Nhurt Revilla, médico especialista en oftalmología que logró revalidar su título tras ocho años de lucha.

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Su perseverancia, tesón, carácter y pasión por la medicina la llevo a mantenerse de pie aunque todo se levantaba en su contra.

Egresada de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda y con una especialidad realizada por el Hospital Domingo Luciani y la UCV.

No podía creer que ante la necesidad de profesionales en Suecia, su experiencia no era suficiente para calificar en el ejercicio, lo que la impulsó a alcanzar su objetivo.

“Hace una semana me otorgaron nuevamente el título como especialista en oftalmología, ahora validado por el país donde resido”.

Es una historia que trasciende de las fronteras, no solo del estado, sino del país y del continente.

La determinación marcó la diferencia en Suecia

Revilla se graduó en el año 2008 en la Unefm y se fue Caracas a especializarse en oftalmología, título que obtuvo en el año 2013.

Trabajó en la ciudad capital, se casa y en el año 2016 se muda a Suecia, pues el país natal de su esposo.

Desde ese momento empezó la odisea por conseguir que sus estudios y su experiencia laboral le permitieran ejercer ahora desde su nuevo hogar.

“Al llegar aquí estaba totalmente desinformada de la realidad laboral de este país y cuando lo supe entré en shock”.

Alegó que de forma inmediata se ocupó en buscar todas las vías posibles para ingresar al sistema laboral.

Debido a la necesidad de médicos en el país creyó que sería fácil, pero se vio inmersa en un mar de trámites burocráticos.

Cuenta que justo al llegar al país se presentó un cambio en la normativa por lo que las gestiones se volvieron cuesta arriba.

Más exigencias y las esperanzas en bajada

Lo que le exigió aprender el idioma rápidamente, y a la vez homologar el título de médico en España.

Entendió que España sería clave en su proceso de entrada laboral en Europa, el cual duró por un período de año y medio.

Las opciones eran visitar las universidades o aplicar a un examen complejo.

No podía revalidar algunas materias y hacer otras allá, era empezar de cero.

“Recordaba todo el tiempo que me tomó hacer mi carrera en Venezuela y no podía creer que no sirviera para ejercer aquí donde necesitaban médicos”.

En ese tiempo se sumó a su vida la maternidad, tiempo en el que España admite su homologación como médico, pero no como oftalmólogo.

Por lo que inició otro proceso que requirió de tres años para validar la especialización.

Dado los trámites burocráticos, no le queda mas opciones que irse a España a cumplir con su requisito laboral y en ese tiempo su esposo solo podía visitarlos cada 15 días.

No obstante, logra la certificación y la introduce en el Ministerio de Suecia para solicitar la licencia.

En Suecia, Revilla tuvo que sortear muchas trabas para ejercer su profesión aún con la demanda de médicos en ese país, pero su perseverancia la llevó a triunfar
Una profesional a prueba de burocratismo, trámites y obstáculos para revalidar su título. Foto/ Cortesía

Pero no todo llegó hasta allí, otro cambio de la normativa le exigió buscar vías alternas para revalidar la especialización.

Ante todas las vicisitudes llegó un toque de gracias divina

“Desde pequeña decía que iba ser médico, compartí la vocación de mi padre, Leonardo Revilla, de hecho su nombre está en la unidad de medicina interna del Van Grieken”.

A través de la red Linkedin consiguió un trabajo en España junto a una clínica sueca, lo que le permitió desarrollar la experiencia y practicar el idioma.

Para ese tiempo tuvo su segundo hijo, pero ahora el coronavirus hizo de las suyas.

El continente europeo cerró las fronteras y se produjo otro cambio de normativa.

En esta oportunidad le pedían cumplir un internado total de dos a tres años, pero por las condiciones de la pandemia retrasó su vigencia.

Retornó a Suecia y aspirando la especialización introdujo nuevamente sus papeles.

Sabía que las posibilidades eran pocas, solo otorgan dos puestos para el postgrado y ella logró escribir su nombre en esa lista.

“Me ayudó un master de retina que hice en Barcelona, en el instituto Barraquer porque piden formación al intentar conseguir una plaza en la especialidad”.

Ayuda moral en una sociedad sin privilegios

Los suecos son personas honestas, leales, transparentes, no son risueños con todo el mundo, como los latinos.

Pero asegura que luego de conocerles se convierten en personas especiales.

“Nunca he recibido un trato xenofóbico y tampoco tuve privilegios por ser esposa de un sueco, aquí todo es correcto”.

Afirmó que de su esposo recibió el soporte emocional, económico y la fuerza para hacer las cosas, porque allá las cosas se ganan con esfuerzo.

Esa fue la lección bien aprendida por parte de Revilla.

Por ello envió mensaje a los corianos, afirmando que siempre se debe estar preparados y que el trabajo duro de sus frutos.

“Le dedico mi especialización obtenido en Suecia a Coro en la celebración de sus 496 años”.

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Josmary Escalona
Periodista principalmente de la fuente política que también hace diarismo, entrevistas y trabajos especiales sobre temas que la población desea conocer.

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