Una delegación estadounidense de alto nivel se reunió el miércoles con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para tratar el tema de la crisis migratoria.
Muchos consideran que es nuevo intento de la administración de Joe Biden para que el gobierno mexicano haga más para contener el repunte de migrantes que llegan a la frontera sur del territorio estadounidense.
López Obrador reiteró por la mañana, antes del encuentro, que México está “ayudando mucho, lo vamos a seguir haciendo”. Pero, recordó que debe incrementarse la ayuda al desarrollo para los países de origen y alertó sobre la utilización electoral del tema.
Además, en los últimos días ha insistido en que aspira a ver progreso en las relaciones de Estados Unidos con Cuba y Venezuela. Dos de los países de donde salen más migrantes.
Tanto Estados Unidos como México enfrentan una intensa presión para llegar a acuerdos. La región vive un flujo migratorio sin precedentes que no ha podido controlarse pese a los intentos de Estados Unidos de abrir nuevos cauces para emigrar legalmente. Al mismo tiempo que endureció las consecuencias de hacerlo de forma irregular.
En cifras la crisis migratoria
México ha registrado más de 680.000 migrantes irregulares en lo que va de año, 98.000 sólo en el mes de noviembre. Estos días un grupo de unos 6.000 avanza en caravana por el sur. Acaparan todas las miradas porque las autoridades no han hecho nada por pararlos. Otros miles más están llegando a diario a la frontera norte por todo tipo de vías, en tren, en autobuses, con traficantes.
Algunos días de diciembre las autoridades estadounidenses detectaron hasta 10.000 cruces ilegales diarios desde México. Washington ha tenido problemas para procesar a los miles de migrantes o para brindarles albergue.
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Las industrias mexicanas se vieron afectadas la semana pasada por el cierre temporal de dos cruces ferroviarios con Texas. Esto con el argumento de que se tuvo que reasignar a agentes de la Patrulla Fronteriza para hacer frente al elevado número de cruces migratorios.
Otro cruce fronterizo permanecía cerrado en Lukeville, Arizona. Las operaciones quedaron suspendidas parcialmente en San Diego y Nogales, también en Arizona.
El secretario de Estado Antony Blinken dejó abierta la posibilidad de que se abran nuevamente dichos pasos en caso de que México brinde más ayuda. En un comunicado previo a la visita, indicó que se abordarán “los desafíos de seguridad fronteriza, incluidas acciones que permitan la reapertura de importantes puertos de entrada a lo largo de nuestra frontera compartida”.
Este año han sido devueltos menos de 53.000 frente a los más de 122.000 de todo 2022 y en diciembre el Instituto Nacional de Migración ordenó la paralización temporal de los retornos y los traslados por falta de fondos. México también registró un récord en solicitudes de refugio, con casi 137.000 peticiones.
Información de Associated Press
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