El conductor de la camioneta implicada, recibió acusaciones de ocho cargos de homicidio imprudente y diez cargos de asalto agravado.
Tres de los migrantes venezolanos que fueron testigo del trágico accidente ocurrido este domingo en Texas, en sus relatos, se reflejan los momentos de angustia que vivieron estos sobrevivientes cuando un conductor atropelló a sus compañeros.
«Llegué con el sueño de darles un futuro a mis hijos. Ahora resulta que no tengo pierna, todos mis sueños se han destrozado», dijo Gabriel Gallardo.
Este lunes, George Álvarez, el conductor de la camioneta implicada, recibió acusaciones de ocho cargos de homicidio imprudente y diez cargos de asalto agravado. Las autoridades aún no han descartado que el incidente haya sido intencional.
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«Vi un pie suelto. Los demás estaban en el suelo, casi nadie se movía. Había gritos», señaló por su parte Michael Aponte.
relatos de sobrevivientes en texas
Ante este suceso, el venezolano Bryan Toro, asilado en el Centro Obispo Enrique San Pedro Ozanam para migrantes, confesó:
«Es algo que no se me olvida. Esas imágenes, por más que lo intente, no creo que se me vayan a borrar por mucho tiempo». El joven presenció el incidente desde la acera de enfrente.
Toro aseguró que George Álvarez gritaba insultos contra el grupo que esperaba en la parada.
«Primero se llevó a los que estaban sentados y luego a los que iban caminando. Pasaron 20 minutos sin que llegara nadie, estábamos solos tratando de ayudar a los chicos que veíamos que se podían ayudar», relató.
«Él intenta darse a la fuga, pero cuando se lleva a los chicos por el medio, el auto se dobla, sale corriendo hacia una calle a 10 metros a la derecha. Los chicos que estábamos del otro lado salimos corriendo, saltamos la cerca porque se iba a meter a una casa para esconderse, ahí lo atrapamos, lo llevamos al otro lado, lo golpeamos de la impotencia, pero no le pasó nada», indicó en entrevista ofrecida a Shirley Varnagy en Onda.
«Incluso dormí con el señor mayor que falleció, venía de Venezuela y tenía hijas. Me afectó mucho porque todos llegamos igual y hablando de lo mismo, de haberlo logrado y se crean lazos de amistad. Muchos de ellos, en la fila antes de salir, llamaban a su familia con el WiFi, decían ‘te aviso cuando llegue’ y son llamadas que no van a ocurrir», lamentó el migrante.
Bryan Toro contó que después del ataque, recibieron ayuda de civiles, seguridad y de sociedades religiosas que realizaron misas en homenaje a los fallecidos y ofrecieron charlas de motivación «porque más allá de verlo por el teléfono, estar ahí y vivirlo, es súper más fuerte todavía».
Venezolanos muertos en Texas
Según el portal Versión Final y la cuenta de Instagram @Utazolanos estas personas eran oriundas de Zulia, Falcón y Portuguesa.
En el caso de los dos primeros, habían recorrido la peligrosa ruta del Darién para llegar a Estados Unidos y, finalmente, lo habían logrado.
De García se supo que tenía años y una hija de 7 meses de nacida.
Sobre Cario, de 18 años, la cuenta publicó que su padre, se comunicó con ellos vía telefónica, por donde clamó “a las autoridades estadounidenses que le permitan reencontrarse con su hijo para despedirlo como merece”.
“Nosotros emprendimos el viaje desde Perú. Allá cada día todo era más difícil. Decidimos emigrar, mi esposa, mi hijo pequeño de dos añitos y medio, y mi niño mayor, José. Nosotros somos de Caracas. Nuestro destino era llegar a Nueva York. Cuando nos entregamos nos separaron por ser él ya mayor de edad. Nosotros estábamos en otro refugio a solo 10 minutos cuando ocurrió la tragedia”, relató el padre, del mismo nombre.
Ratificó que después de conocer la trágica noticia, lo que más desea es conocer dónde está el cuerpo de su hijo, bien sea continúe en un hospital o en una morgue.
“Creo que la mejor manera de honrar a mi hijo es que nosotros continuemos, porque regresarnos sería como rendirnos y José no lo hubiera querido. Después de despedirlo nos marcharemos a Nueva York”, dijo.
Posteriormente, se conoció de la muerte de Cristian Jesús Sangroni Rodríguez, de 19 años, quien permanecía en estado crítico en un hospital después de que fuera arrollado.
Su mamá, desde Santa Marta, Colombia, había clamado por ayuda para trasladarse a los Estados Unidos para estar al lado de su muchacho.
“Él quería ir allá porque quería comprarme una casa. Yo no quería que se fuera. Yo le decía, te quiero es a ti, mi negro”, dijo la señora Marisol a un medio colombiano, tras conocer la noticia.
Con información con Caraota Digital