Hoy, el Papa Francisco omitió la lectura de la homilía del Domingo de Ramos, generando incertidumbre en el Vaticano.
A pesar de su cansancio evidente, recorrió la plaza de San Pedro, bendiciendo las palmas y saludando a los fieles. Su decisión de no pronunciar la homilía, aunque inusual, se produjo en un momento de silencio prolongado.
En medio de estos desafíos de salud, el Pontífice, de 87 años, no ha cancelado ninguna de sus actividades programadas.
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A pesar de los problemas respiratorios que enfrenta, prevé mantener sus compromisos, incluidas misas importantes y encuentros con dignatarios.
A lo largo de una agenda repleta, Francisco planea presentar un documento especial con motivo del 75° aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, así como participar en preparativos significativos para el futuro.
A pesar de las dificultades y molestias propias de su edad, el Papa conserva su humor característico, como se vio recientemente al bromear sobre su preferencia por la silla de ruedas frente a las tradicionales ‘sillas gestacionales’.
El Santo Padre, a pesar de estos desafíos, continúa liderando con vitalidad, manteniendo un espíritu enérgico y una pasión inquebrantable por sus responsabilidades en el Vaticano.
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