La persona con autismo generalmente presenta problemas con la comunicación y la interacción social, además, presenta intereses y conductas restrictivas o repetitivas.
Un TEA mira el mundo desde una perspectiva singular y su lenguaje es particular; ellos se perciben a sí mismos y a los demás de manera diferente a como se percibe el resto del mundo.
Partiendo de ello, es fundamental aprender a convivir con ellos y hacerles sentir que somos iguales, es decir, es clave, que se sientan parte de su entorno, en casa, escuela, universidad e incluso en el trabajo.
Para ello, te compartimos algunos consejos para que pongas en práctica y así mejorar la calidad de vida y bienestar de la persona con autismo.
La vida de la persona con autismo
Muchos logran estudiar y trabajar, ya que esto es solo una condición, y siempre y cuando, reciban las herramientas oportunas para solventar los problemas que se presenten pueden salir adelante.
Ellos poseen una alta capacidad de aprender cosas y recordar información por largos períodos de tiempo, y gracias a ello, y muchas otras cualidades, se les considera unos genios.
También pueden tener dificultad para dormir, ser irritables y el no tener muchas veces la capacidad de dominar sus emociones, les perturba y dificulta su desenvolvimiento en el día a día.
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No obstante, especialistas en el área neurológica, psicólogos, psiquiatras y diferentes terapeutas, son capaces de ayudarlos para que gocen de una buena salud física y mental.
Hábitos para mejorar su calidad de vida
– Diversificar las actividades. Es necesario que varíen para que rompan de alguna manera con la rutina o lo que para ellos es habitual.
– Ejercitar la mente. Leer, escribir, jugar y cantar, son solo alguna de las actividades a ejecutar para que ejerciten la memoria.
– Ofrecer una dieta saludable. La recomendación es seguir una dieta orientada por un nutricionista o un profesional de la gastroenterología, ya que una persona con autismo debe evitar el consumo de gluten, lácteos y sus derivados, por ejemplo.
– Incorporar actividades físicas. Si son actividades que incluyan a otras personas mucho mejor, pues con ello drena energía y estimula el proceso de socialización.
– Facilitar herramientas adecuadas para comunicarse con los de su entorno, que aprendan a comunicar su dolor o malestar físico y hasta emocional.
Con información de Diario 2001
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