La posible destitución del presidente Guillermo Lasso está en manos de la AN de Ecuador. ¿La evitará?
Las próximas semanas serán decisivas en Ecuador. Una vez que la Corte Constitucional admitió el jueves pasado la solicitud de juicio político contra el presidente Guillermo Lasso.
Bajo el presunto delito de peculado, el balón pasó nuevamente a la Asamblea Nacional, que tendrá un mes para finiquitar trámites y redactar la propuesta final para ser votada en plenaria.
Allí tendrá que contar con dos terceras partes de los votos para conseguir su aprobación.
En los predios legislativos, Lasso requiere mantener una cuota de 46 diputados (de un total de 137 parlamentarios) que impidan su destitución: ya se votando en contra o absteniéndose.
El problema que enfrenta es que cuenta con solo 27 escaños (de los cuales, 13 son propiamente de su partido Creo), y requiere al menos 19 más para impedir un ‘impeachment’.
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Una lucha de partidos
Así las cosas, las miradas se concentran en las dos bancadas que podrían ser decisivas en una dirección u otra: el Partido Social Cristiano (PSC), que cuenta con 16 curules; e Izquierda Democrática (ID), que posee formalmente 15 escaños.
Estas organizaciones y sus integrantes deberán decidir si se suman a las bancadas más grandes que están a punto de conseguir las dos terceras partes, o si defienden la continuidad del gobierno.
Este universo que forman los 31 diputados de PSC e ID, además de otros 22 curules de partidos pequeños, provinciales e independientes, es donde se estará moviendo Lasso para trancar la iniciativa opositora, impidiendo que se unan a las dos terceras partes que podrían destituirle.
Lasso requiere mantener una cuota de 46 diputados (de un total de 137 parlamentarios) que impidan su destitución.
El problema que enfrenta es que cuenta con solo 27 escaños y requiere al menos 19 más para impedir un ‘impeachment’.
El bloque que propuso un juicio político contra el actual mandatario en junio de 2022 y que contempla las dos primeras fuerzas legislativas —como Unión por la Esperanza (UNES) con 47 diputados y Pachakutik con 24 legisladores— luce compacto para votar a favor de un juicio político. En aquella ocasión llegaron a los 80 votos a favor, pero les faltaron 13 para lograr su objetivo.
¿Lo lograrán?
Toda la atención se centra en ver si esta vez podrán lograrlo.
Las miradas se dirigen sobre todo hacia los diputados socialcristianos. El PSC apoyó a Lasso en el balotaje y se debate internamente entres dos aguas:
O se convierte en su soporte principal, una pesada carga que implica asumir su apoyo a una gestión repleta de escándalos de corrupción e impotencia para enfrentar los problemas económicos y de inseguridad.
Este vínculo es quizá la causa principal del descalabro de este partido en las seccionales de febrero: pasó de tener 15 alcaldías en su feudo, la provincia de Guayas, a mantener seis; y perdió la alcaldía de Guayaquil que tenía más de treinta años controlando.
Pero por otra parte, si el PSC o algunos de sus diputados votan a favor del juicio político, entonces le dejará el camino abierto al correísmo y las fuerzas progresistas, que son sus adversarios históricos, para que retomen el poder político por la vía electoral.
La misma encrucijada vislumbran los diputados de ID. Si bien este partido no apoyó de manera abierta a Lasso durante el balotaje, fue tajante en impedir su destitución en 2022.
El problema es que en ese entonces al menos cinco diputados disidentes no siguieron la línea oficial de apoyo al gobierno y votaron junto a la oposición.
Este grupo puede estar creciendo debido a la crisis que se ha disparado en el país los últimos tres meses.
Si el PSC o algunos de sus diputados votan a favor del juicio político, entonces le dejará el camino abierto al correísmo y las fuerzas progresistas, que son sus adversarios históricos, para que retomen el poder político por la vía electoral.
El estrés político de cara a la votación por el juicio no solo se ven en el PSC e ID sino en varios grupos regionales e independientes que pueden terminar de impulsar la destitución presidencial o darle nuevo oxígeno al gobierno.
¿Podría haber ‘impeachment’?
Desde el infructuoso intento de juicio hace nueve meses han pasado muchas cosas: ruptura del diálogo con el movimiento indígena, crisis económica e inseguridad desatada, descontrol carcelario, derrota electoral.
Pero lo que más pesa en la actualidad es el caso conocido como ‘El Gran Padrino’, desde donde se sustenta el pedimento de juicio político y que constituye la develación de una trama de corrupción del entorno de Lasso que ha causado conmoción política en el país.
Este cuadro marca la fuerte dosis de nerviosismo que acumulan las fracciones parlamentarias.
Cada voto en la plenaria cuenta para decidir el futuro de Ecuador y ambos bandos políticos buscan de diversas maneras avanzar en la conquista de cada curul.
Detrás de cada flanco
Lo que más pesa en la actualidad es el caso conocido como ‘El Gran Padrino’, desde donde se sustenta el pedimento de juicio político y que constituye la develación de una trama de corrupción del entorno de Lasso que ha causado conmoción política en el país.
En paralelo, se debate otro escenario probable, una carta bajo la manga que aún tiene el primer mandatario.
El artículo 148 de la Constitución faculta al presidente para activar el mecanismo legal conocido como ‘Muerte Cruzada’, que le permite disolver la Asamblea Nacional y llamar a elecciones legislativas y presidenciales.
Pero la actual crispación política no permite concluir que este escenario sea favorable para Lasso o sus partidos aliados.
Las recientes seccionales le dieron un espaldarazo al correísmo y al movimiento indígena, por lo que un evento electoral ‘tabula rasa’ de renovación de Asamblea Nacional y Presidencia puede terminar de catapultar a dichas fuerzas que vienen cosechando triunfos políticos en la medida que los partidos tradicionales y el empresario-presidente se deslegitima.