La compañía estatal de electricidad publicó la imagen de una estación transformadora destruida y que había dejado a unas 400.000 personas sin luz.
Cuando se va la luz, como suele ocurrir, el apartamento con vistas a la maltrecha capital ucraniana se siente como una trampa mortal. Sin luz, sin agua, sin forma de cocinar. El riesgo de no poder huir a tiempo del piso 21 si golpea un misil ruso. Y cuando vuelve la electricidad, nunca es por mucho tiempo.
“Los ataques rusos están hundiendo Ucrania en la Edad de Piedra”, dijo Anastasia Pyrozhenko. En un periodo reciente de 24 horas, su edificio de 26 pisos sólo tuvo electricidad por media hora. Las “condiciones cuartelarias” han hecho que su marido y ella abandonen el apartamento.
“Nuestro edificio es el más alto de la zona y es un gran objetivo para los misiles rusos, de modo que dejamos nuestro apartamento por la casa de nuestros padres y nos preparamos para el peor invierno de nuestras vidas”, dijo la mujer, de 25 años.
La situación en Kiev y otras grandes ciudades ha empeorado de forma drástica tras el mayor ataque de misiles a la red eléctrica del país el pasado martes. El 40% de los ucranianos tiene dificultades debido a los daños en al menos 15 grandes instalaciones de energía en todo el país, indicó la operadora estatal de la red eléctrica, Ukrenergo.
La red advirtió que los apagones podrían durar entre varias horas y varios días, y señaló que “la resiliencia y el valor son lo que necesitamos en este invierno”.
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También el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, recalcó la necesidad de estar listos y resistir ante un posible apagón: “El peor escenario posible. En realidad no me gusta hablar de eso, pero tengo que estar preparado por si no tenemos electricidad, un apagón, sin agua, sin calefacción, sin servicios y sin comunicación”, dijo el regidor a AP el viernes.
En un comunicado, Ukrenergo dijo que “miles de kilómetros de líneas cruciales de alto voltaje no funcionan”, lo que afecta a todo el país.
La compañía estatal publicó la imagen de una estación transformadora destruida por un misil ruso y que había dejado a unas 400.000 personas sin luz. Según el comunicado, “ahora hay docenas de transformadores así en el sistema de energía. Este equipamiento no se puede sustituir deprisa”.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo tras los ataques de la semana pasada que más de 10 millones de ucranianos se habían quedado sin electricidad. El domingo dijo que la situación había mejorado en algunos lugares.
“La restauración de las redes y de la capacidad de suministro técnico, el desminado de líneas de transmisión eléctrica, reparaciones, todo avanza sin descanso”, dijo Zelenskyy en su mensaje nocturno.
El domingo por la noche había apagones programados en 15 regiones y en la ciudad de Kiev, señaló. Ukrenergo dijo que el lunes habría cortes de luz programados en todas las regiones.
El frío empeora la situación
Una ola de frío y las primeras nevadas han complicado de forma significativa la situación en Kiev, donde a menudo la temperatura baja de los 0 grados Celsius (32 Fahrenheit) durante el invierno. El frío obliga a la gente a encender sus calefactores, lo que aumenta de forma considerable la demanda de energía y hace que los apagones duren más. Ante el descenso de temperaturas, las autoridades en Kiev anunciaron que habilitarían centros comunitarios donde la gente pudiera calentarse.
En la ciudad de 3 millones de personas se han identificado 528 puntos de emergencia. Allí los vecinos pueden calentarse, beber té, recargar sus celulares y recibir ayuda que necesiten. Los centros estarán equipados con fuentes de energía autónomas y calderas especiales.
El alcalde, Klitschko, también habló de medidas tomadas con antelación.
“Preparamos y (pedimos) generadores eléctricos a nuestros socios, que nos los enviaron”, dijo. “Para este caso tenemos una reserva de diésel. Tenemos muchas cosas cálidas. Tenemos medicamentos”.
Muchos vecinos en Kiev han empezado a dejar cajas de comida, linternas y baterías de reserva en ascensores por si alguien se queda atrapado en uno durante mucho tiempo. La falta de electricidad ha afectado al transporte público, muchos comercios pequeños no pueden operar y algunos centros médicos funcionan con capacidad limitada.
Servicios de salud y educación
El dentista Viktor Turakevich dijo que se había visto obligado a aplazar las citas de sus pacientes “de forma indefinida” porque sin electricidad, su clínica en el centro de Kiev no puede operar ni siquiera de día, y el generador tardará unas semanas en llegar.
“No podemos aceptar pacientes ni siquiera con fuerte dolor, la gente tiene que sufrir y esperar mucho tiempo, pero sólo hay luz unas pocas horas al día”, dijo Turakevich. “Los precios de los generadores se han disparado, pero incluso con dinero, no son fáciles de conseguir”.
La mayoría de los hospitales de Kiev ya ha recibido generadores y allí todavía no hay apagones. El hospital de Oleksandrivska, el más grande y antiguo en el centro de la ciudad, dijo que no había cancelado cirugías porque había recibido generadores de Francia. También se han entregado generadores a instituciones educativas y servicios sociales.
“Esas instalaciones son una prioridad para nosotros y la mayoría están equipadas con fuentes autónomas de energía”, dijo el viernes el responsable de Ukrenergo, Volodymyr Kudrytskyi. Sin embargo, muchas escuelas en Kiev han sufrido interrupciones en su labor y la falta de electricidad provoca cortes de internet que hacen casi imposibles las lecciones a distancia.
Yaroslav, de ocho años, dejó de asistir a su escuela en el distrito de Vynohradar después de que un ataque de cohete reventara todas las ventanas del centro y dañara un refugio en el lugar.
“La mayoría de los niños estudiaba a distancia, pero ya no es posible”, dijo en una entrevista telefónica la madre de Yaroslav, Olena, que pidió no dar su apellido por motivos de seguridad. “Intentamos proteger a los niños de los horrores de la guerra, pero el frío y la falta de energía lo hacen muy complicado”.
La política de la guerra
Los analistas dicen que los ataques de cohetes rusos contra la red energética no afectan al avance exitoso del ejército ucraniano en el sur, ni a la situación en el campo de batalla en general.
“Los rusos ya no pueden ganar en el campo de batalla, y por lo tanto emplean el frío y la oscuridad como arma contra la población civil, intentan sembrar el pánico, la depresión y desmoralizar a los ucranianos”, dijo a AP Volodymyr Fesenko, analista del centro de estudios Penta Center en Kiev.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, “sufre derrotas militares y necesita mucho una pausa militar, por lo que está obligando a Zelenskyy a negociar de esta manera tan salvaje”, dijo.
El analista cree que el Kremlin también trata de aumentar la presión sobre el apoyo occidental a Ucrania, ya que la UE y Estados Unidos se verán forzados a ampliar sus ayudas a una Kiev congelada en medio de sus complicaciones internas.
“Putin intenta hacer que el precio de apoyar a Ucrania sea demasiado alto, esto se refiere tanto al dinero como a un posible nuevo flujo de refugiados a Europa desde un país helado”, dijo Fesenko.
Pyrozhenko dejó su rascacielos y se instaló con su madre en un pequeño apartamento de Kiev donde ahora viven cinco personas. La familia tiene una casa de madera en un poblado cerca de Kiev y ya ha preparado leña en caso de una evacuación forzosa.
“Comprendemos que el invierno puede ser duro, frío y oscuro, pero estamos preparados para resistir”, dijo Pyrozhenko. “Estamos dispuestos a vivir sin luz, pero no con los rusos”.