La enfermera del área de hospitalización de la clínica Virgen de Guadalupe considera importante que el paciente se sienta en confianza.
Julibeth Hernández es una enfermera por vocación. Egresó de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (Unefm), en el año 2015. Desde ese año pertenece al staff de la clínica Virgen de Guadalupe.
Presta servicio en las áreas de hospitalización y en emergencia. Considera importante que el paciente desde que ingresa se sienta en confianza, no importa si su estancia va a ser larga o corta. “Que sientan que son bien recibidos”, comenta.
“Aquí en la clínica Guadalupe contamos con un personal de enfermeras con sensibilidad humana capacitado para dirigir y tomar decisiones”, asegura con orgullo.
_ ¿ESTUDIASTE ENFERMERÍA POR QUÉ?
_ Por vocación. “Soy enfermera por vocación”.
Siempre me gustó ser enfermera. De chiquita jugaba a ser enfermera o médico. Mis barbies estaban vestidas así de enfermera o médicos, y me gustaban los juegos de médicos con estetoscopios de juguete.
La profesión de enfermería es bonita. Es un ejercicio de vocación y responsabilidad —expresa con una gran sonrisa—, ya que tratamos con humanos.
_¿ CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE EL TRATO CON PACIENTES PEDIÁTRICOS Y PACIENTES ADULTOS?
_ Cuando el paciente es niño hay que buscar la estrategia para tratar con él; que se sienta en confianza, al momento de cumplir el tratamiento. Implica más responsabilidad el niño, no porque sea más importante que el adulto, sino porque el adulto expresa lo que siente, pero un niño no sabe expresarlo, hay que tener más tacto, observar más.
_¿ CUÁL ES EL VALOR DE LA ENFERMERA?
_ Somos muy importantes porque somos las que atendemos directamente al paciente, ayudamos a la recuperación. Tenemos que estar en vigilia, atentas al paciente.
_¿QUÉ SIENTES CUANDO EL PACIENTE SALE DE ALTA?
_Cuando vemos la recuperación del paciente y éste sale de alta, es: ¡aaaahhhh!
Y uno dice: “Hice mi trabajo bien”. Ser enfermera por vocación.
_¿CUÁLES SON TUS FORTALEZAS COMO ENFERMERA?
_El amor y la fe. Uno se encariña con el paciente. Darles la tranquilidad de que van a estar bien.
¿Qué es lo más satisfactorio que has vivido como enfermera?
Una paciente que desde el día que llegó acá, me gané su confianza. Me dijo que yo le transmitía paz y amor. Me gané su cariño y confianza.
Hoy día voy a su casa —no la conocía anteriormente—, he visto su evolución y recaídas, es una paciente de oncología. Esta vivencia la cuenta Julibeth con los ojos aguarapados.
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