Un reciente estudio científico ha revelado que los niños que reciben teléfonos inteligentes a una edad temprana enfrentan mayores riesgos de problemas de salud mental en la edad adulta.
Según investigaciones, el uso precoz de estos dispositivos se asocia con riesgos como depresión, ansiedad social y deterioro cognitivo.
Los resultados de un estudio global realizado con 27,969 adultos jóvenes han demostrado que aquellos que obtuvieron sus teléfonos inteligentes más tarde en la infancia experimentaron un mejor bienestar mental en la adultez.
Por el contrario, quienes recibieron estos dispositivos temprano mostraron mayores riesgos de desarrollar pensamientos suicidas y comportamientos agresivos.
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Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de regular el acceso de los niños a la tecnología, destacando la necesidad de establecer pautas claras sobre el uso de dispositivos electrónicos en edades tempranas para proteger la salud mental y el bienestar emocional de las generaciones futuras.