La calidad del esperma de los humanos ha bajado a la mitad en el último medio siglo- de un promedio de 99 millones de espermatozoides por mililitro a 47 millones por mililitro.
Actualmente, entre el 30 y el 50% de los hombres en edad fértil tiene un semen de baja calidad.
Estos cálculos están definidos por parámetros como la concentración de espermatozoides, el recuento total, la motilidad- velocidad de movimiento- y morfología de estos.
Según los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo más probable es que un hombre tarde más de un año en concebir un hijo si su concentración de espermatozoides es inferior a 15 millones por mililitro. Además, el porcentaje de posibilidades de embarazo disminuirá si la concentración de espermatozoides es inferior a 40 millones por mililitro.
Por qué la disminución de la calidad espermática
Según los expertos, esta disminución de la calidad espermática se explica por múltiples factores– combinados entre sí-: ambientales (disruptores endocrinos, pesticidas, radiación), hábitos de vida (dieta, alcohol, estrés, tabaquismo), el consumo de algunos medicamentos e incluso la práctica de deportes de alta intensidad. Todo influye, también el uso del teléfono móvil.
Hace años que se señala a la radiación electromagnética emitida por estos teléfonos como un riesgo para la calidad del semen, pero aún no se tenía ninguna prueba de peso. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Ginebra (UNIGE), en colaboración con el Instituto Suizo de Salud Pública y Tropical (Swiss TPH), ha publicado un importante estudio transversal sobre el tema, llegando a la conclusión de que el uso frecuente de teléfonos móviles se asocia con una menor concentración de espermatozoides y un menor recuento total.
El estudio se basa en datos de 2.886 hombres suizos de entre 18 y 22 años, reclutados entre 2005 y 2018 en 6 centros militares de reclutamiento. Los científicos estudiaron la asociación entre los parámetros del semen de estos hombres y su uso de teléfonos móviles.
La concentración media de espermatozoides fue significativamente mayor en el grupo de hombres que no usaron su teléfono más de una vez a la semana (56,5 millones/mL) en comparación con los hombres que usaron su teléfono más de 20 veces al día (44,5 millones/mL).
Esta diferencia corresponde a una disminución del 21 % en la concentración de esperma para los usuarios frecuentes (>20 veces/día) en comparación con los usuarios poco frecuentes (<1 vez>).
A más “Gs”, menor daño
Sin embargo, los resultados del estudio, publicado en la revista Fertilidad y esterilidad, mostraron que los investigadores no encontraron ninguna asociación entre el uso de teléfonos móviles y la baja motilidad y morfología de los espermatozoides.
Lo que si observaron los científicos es que esta asociación inversa era más pronunciada en el primer período de estudio (2005-2007) y disminuyó gradualmente con el tiempo (2008-2011 y 2012-2018).
“Esta tendencia corresponde a la transición de 2G a 3G y luego de 3G a 4G, que ha provocado una reducción de la potencia de transmisión de los teléfonos”, explicó Martin RÖÖsli, profesor asociado de la TPH suiza.
El análisis de los datos mostró que el lugar en el que se lleve el smarphone- por ejemplo, el bolsillo delantero del pantalón, no se asoció con parámetros más bajos del semen.
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“Sin embargo, el número de personas de esta cohorte que indicaron que no llevaban el teléfono cerca del cuerpo era demasiado pequeño para sacar una conclusión realmente sólida sobre este punto específico”, añadió Rita Rahban, investigadora principal y asistente docente en el Departamento de Medicina Genética y Desarrollo de la Facultad de Medicina de la UNIGE y del SCAHT, recoge Ep.
Con información de La Razón de España
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