La primera ministra de Dimanarca, Mette Frederiksen, podría perder el cargo si el liberal Jakob Ellemann-Jensen consigue poner de acuerdo a todos los partidos de la derecha para que le respalden.
Los socialdemócratas han sido claramente los más votados en las elecciones celebradas en Dinamarca (23,1% del voto).
No obstante; según los sondeos, la primera ministra Mette Frederiksen podría perder el cargo si el liberal Jakob Ellemann-Jensen (13,5 %) consigue poner de acuerdo a todos los partidos de la derecha para que le respalden.
O en tal caso, el moderado Lars Løkke Rasmussen (9,3 %) convence a suficientes formaciones de ambos lados del espectro parlamentario de que, la persona ideal para una solución transversal de consenso es él.
De confirmarse los sondeos, estos serán los tres candidatos con posibilidades de acceder a la jefatura de Gobierno si las negociaciones se resuelvan a su favor.
Frederiksen, que, como Løkke, desea dirigir un Ejecutivo amplio de consenso para hacer frente a las amenazas de las crisis superpuestas a que se enfrenta el mundo y al desafío que suponen para el estado de bienestar danés,
Además, insistirá en continuar como primera ministra dada la diferencia obtenida sobre sus rivales, lo que en principio le otorgaría una mayor legitimidad.
En cambio, Ellemann-Jensen encabeza una derecha que sobre el papel sumaría más votos que la izquierda (50,5 % por 47,5 %), aunque con el lastre de que los moderados, en su debut electoral, siguen sin garantizarle su apoyo.
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Løkke, que antes de dejar los liberales en 2021, ya fue dos veces primer ministro (2009-2011 y 2015-2019), jugará sus cartas para intentar imponerse como el candidato capaz de tender puentes a través del centro.
Un guion que parece calcado de la popular serie Borgen, aunque con un veterano de 58 años curtido en multitud de batallas políticas en lugar de una mujer joven y relativamente inexperta.
A su llegada al colegio electoral en el que emitió su voto, Frederiksen reiteró a los medios su deseo de encabezar un Gobierno transversal.
“Espero que haya una cooperación amplia. Ha sido una campaña diferente, con mucha más comunicación entre los partidos. No cabe duda de que la inflación (que en septiembre subió al 11,1%) es ahora el problema que más nos preocupa”, asevera.