La incertidumbre en Perú sigue intacta con las manifestaciones para la renuncia de Dina Boluarte que pasó a ser la sexta presidente en seis años.
Las jornadas de protestas desde diciembre han sumergido al Perú en una incertidumbre que deja poco claro el panorama en los próximos meses. Los manifestantes prometen no ceder en sus protestas, y la presidenta peruana, Dina Boluarte, descarta renunciar.
En medio de la violencia que ha golpeado a la nación sudamericana a pesar de que el Gobierno insiste en iniciar un proceso de diálogo: Boluarte se ha visto obligada a subir el tono y advertir que, junto a la Fiscalía, procederá a verificar y abrir carpetas fiscales a quienes están generando inestabilidad y destrozos.
Por su parte, los manifestantes, concentrados principalmente en las regiones meridionales de Arequipa, Cusco y Puno, advierten que no darán marcha atrás. Sus exigencias son la dimisión de la mandataria, el cierre del Congreso y el adelanto de las elecciones.
En su afán por ratificar su sólido rechazo al gobierno, muchos de los dirigentes sociales y manifestantes dieron un paso más. Se trasladaron a la capital para la denominada “Toma de Lima”. Una gran marcha que recibió el apoyo de un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y de la Confederación General de Trabajadores del Perú.
Aunque esa movilización, que inició el 19 de enero, no logró el retiro de Boluarte, ha supuesto un trago amargo para la nueva mandataria. Los enfrentamientos en plena capital entre ciudadanos provenientes de las diferentes partes del país y la Policía. Dejaron daños en la ciudad valorados por encima de los 800.000 soles (unos 207.000 dólares).
Mientras tanto, la jefa de Estado y su gabinete, dirigido por el primer ministro Alberto Otárola, han seguido de cerca e intentado controlar las manifestaciones en el interior.
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De acuerdo con los reportes oficiales, este país suma 62 fallecidos, 46 de ellos manifestantes, un policía y 15 civiles.
Para el legislador izquierdista de Perú Libre, Flavio Cruz, la renuncia de la presidenta es lo que pide “la voz del pueblo” en este momento. Y por ese motivo las regiones se mantienen paralizadas.
Diversos análisis de la crisis
En conversación con Xinhua, afirmó que su bancada considera como una “solución” la inmediata dimisión de Boluarte. La mandataria por su parte ha pedido ante el Congreso que se adelanten las elecciones generales para abril de 2024.
En tanto, el excanciller Miguel Rodríguez Mackay calificó de “absurdo” el pedido de renuncia tras aclarar que Boluarte no está usurpando el cargo. Pues lo “asumió respetando la sucesión constitucional”, ya que era la vicepresidenta de Castillo.
Por su parte, el periodista Augusto Álvarez, del diario La República, sostuvo que “con todos sus defectos y deficiencias”, Dina Boluarte debe seguir al frente del Poder Ejecutivo. De lo contrario, “se viviría un caos” al no existir un acuerdo de quién sería su sucesor.
En un eventual caso de que ella renuncie le tocaría asumir al presidente del Congreso, José Williams. Para Álvarez la máxima autoridad legislativa es parte de una bancada (Avanza País) que tiene una representación “muy pequeña” en el Parlamento. Por lo que “requeriría del apoyo de otras fuerzas políticas”.
Por ahora, la situación sigue siendo sombría para esta nación sudamericana, que con la llegada de Boluarte pasó a sumar seis presidentes en apenas seis años. Que pide en el interior unas elecciones anticipadas, con lo que pasaría a tener su séptimo mandatario o mandataria en tan corto tiempo.