Se aproximan las elecciones presidenciales en Venezuela, con la oposición enfrentando obstáculos impuestos por el gobierno de Maduro en su búsqueda por evitar una derrota segura en unos comicios transparentes y democráticos.
El 28 de julio marcará el día en que los venezolanos decidirán si Nicolás Maduro continuará en el poder después de una década o darán paso a una transición democrática en el país.
Desde el principio, la balanza parecía inclinarse a favor del gobierno de Maduro, quien se niega a abandonar el Palacio Miraflores frente a una oposición unida y organizada, determinada a desbancarlo en las urnas.
A pesar de que María Corina Machado, indiscutible ganadora de las primarias opositoras, permanece proscrita por la Justicia chavista, la oposición intentó postular a la académica Corina Yoris, respaldada por todos los partidos de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), solo para ser también impedida por el Consejo Nacional Electoral.
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Finalmente, el diplomático de bajo perfil, Edmundo González Urrutia, logró inscribirse in extremis y aseguró el respaldo de la PUD el 21 de abril, sorprendiendo a propios y extraños.
Aunque parece encaminarse a enfrentar a Maduro en las elecciones, las maniobras saboteadoras del régimen aún generan desconfianza.
Tras confirmar su postulación, González Urrutia señaló que la oposición se enfrenta al desafío de apostar por la recuperación del país.
Presidenciales y medidas judiciales
La Justicia venezolana tiene en sus manos una denuncia presentada por el ex candidato Luis Ratti, buscando impugnar a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el partido que postuló a González Urrutia.
Ratti alega que la MUD está conformada por tres organizaciones, lo que supone una “triple militancia” y una desigualdad de condiciones.
En respuesta, la Sala Electoral del TSJ deberá evaluar esta situación, resultando posiblemente en la anulación de la propuesta de la oposición.
Si se llegara a este escenario, la UNT y MPV podrían intentar postular a González Urrutia, excluyendo a su primer candidato, Manuel Rosales.
Maduro, conocido por sus maniobras de sabotaje, podría objetar esta nueva candidatura.
En medio de este contexto incierto, la oposición mantiene la esperanza de que las elecciones se lleven a cabo con transparencia y equidad.
La presencia de observadores internacionales es uno de los reclamos principales, con el objetivo de garantizar la legitimidad de los cómicos.
Además, se exige el cese de la campaña de desinformación promovida por el gobierno para confundir a los ciudadanos.
Con información de Infobae
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