Algo que querría apoyar viajando a su país ya que, según dijo en una entrevista con, “el que tiene el capital político soy yo”.
El expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, mostró este miércoles su convencimiento de que Ecuador solo superará sus problemas con una victoria de la izquierda en las urnas. Rafael Correa: capital político.
Algo que querría apoyar viajando a su país ya que, según dijo en una entrevista con Efe, “el que tiene el capital político soy yo”.
Pese a que esa situación jurídica no le permite regresar puesto que —dice— si pone “un pie en Ecuador” le encarcelarían y no saldría “vivo de la cárcel”, sí consideró que “de ninguna manera” lo aleja políticamente de su país.
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Tildó de “pura coincidencia” que el comisariado general de refugiados y apátridas (CGRS) de Bélgica. le otorgara el estatus de refugiado en ese país, como consta en una carta fechada el 16 de abril.
Correa fue condenado a ocho años de prisión en Ecuador por cohecho en el caso “Sobornos 2012-2016”, una trama de corrupción.
Asilo político
La solicitud de asilo se había puesto en marcha en 2018 tras iniciarse ese año en Ecuador un proceso legal que le relacionaba con el supuesto secuestro de un opositor en 2012.
El llamado “caso Balda”, de modo que el proceso había llevado años antes de resolverse finalmente este mes.
Correa consideró que el asilo le otorga más seguridad para viajar a otros países de la Unión Europea mientras contempla seguir realizando visitas como la que hizo recientemente a Honduras.
Ganar las elecciones
Correa dijo tener “muy claro” que, “para que acabe esta persecución brutal y la destrucción” de su patria, necesita “ganar las elecciones, y si por eso —expresó— tengo que regresar, ahí estaré”.
Preguntado por si ve más esperanza por el hecho de que su exvicepresidente Jorge Glas haya salido de prisión gracias a un “habeas corpus”, indicó que “no se trata de esperanza.
Preguntado si ve necesario volver a Ecuador para que la izquierda gane en las urnas, afirmó que es “importante” y defendió, sin ser “arrogante”, que en 2021 se demostró que “una cosa era la elección con Correa en el país, ni siquiera de candidato, y otra cosa sin Correa”.