Ataques de lado y lado evidencian el auge de la violencia entre Israel y Palestina, que han dejado varios fallecidos y heridos en estos días.
El ejército de Israel detendrá sus ataques aéreos si los grupos insurgentes de Palestina frenan la violencia con cohetes, dijo el ministro israelí de Defensa el viernes. Un día después de que la redada israelí más letal en décadas planteó un posible recrudecimiento de los combates.
Tras un intercambio limitado de proyectiles palestinos y ataques aéreos israelíes sobre Gaza durante la noche. Residentes en Jerusalén estaban en vilo el viernes en la mañana.
El ministro israelí, Yoav Gallant, dio intrucciones al ejército para prepararse para nuevos ataques en la Franja de Gaza “si fuese necesario”.
Los bombardeos se produjeron luego de que una incursión israelí en el conflictivo campo de refugiados de Yenín. Se produjo un tiroteo que dejó al menos siete insurgentes muertos, además de una mujer de 61 años.
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El operativo desencadenó disturbios en otras zonas donde las fuerzas israelíes mataron a un joven de 22 años en al-Ram, una localidad palestina en el norte de Jerusalén. En su funeral, una multitud llevó su cuerpo en volandas. Se ondeó banderas de Fatah, partido político que controla la Autoridad Palestina, y de Hamas, el grupo insurgente que gobierna la Franja de Gaza. Además de pedir venganza. Otros dos palestinos murieron en los enfrentamientos de la víspera.
La escalada en el largo conflicto entre israelíes y palestinos puso a prueba al nuevo gobierno de ultraderecha del primer ministro Benjamin Netanyahu. Llegó al poder coincidiendo con el aumento de las tensiones con los palestinos y ha prometido adoptar una línea dura.
El cateo llevó también a la Autoridad Palestina a suspender la coordinación en materia de seguridad con Israel y suscitó la “profunda preocupación” del Departamento de Estados de Estados Unidos a unos días de la visita de su secretario, Antony Blinken, a la región.