“Para que con rectitud y justicia, gobierne a tu pueblo y a los pobres”
Sal.72:2
Como la aparición de la luz al final del túnel y contra todos pronósticos de diversos signos, un importante sector de la oposición organizada ha anunciado sobre la posible certeza de realizar un proceso de elección primaria para designar un candidato presidencial, que aún cuando no es prioridad de los venezolanos, avizora la posibilidad de encontrar cauces a la difícil situación política que afecta a variados ordenes que confronta el país. Lo más resaltante es que el anuncio devela la firme intención que la conducción esté en manos de sectores independientes de la sociedad civil, con el marcado interés que participen ( aún sin definir el método y la instancia), el mayor número de agrupaciones con perfiles democráticos. Lo preponderante es que prevalezca la amplitud y la sinceridad.
En todo caso lo que se busca es un encuentro, desde hace mucho tiempo distante, dentro las organizaciones que propugnan un cambio de rumbo.
Lo importante es apuntalar la conquista de un nuevo liderazgo unificador, que individualmente garantice confianza y representatividad. No se trata de encontrar un mesianismo frustrante, sino que se reconvierta en punto de reconciliación de encuentro esperanzador con propuestas viables y concretas de ofrecer metas más elevadas que las inmediatamente realizables, pues no sólo se trata de ilusionar, sino contrarrestar a las fuerzas defensoras del actual “staus quo” en forma que contando con su poder de resistencia al cambio, se obtenga una tendencia resultante aproximada a los ideales propuestos pero que, siempre, quedará en la práctica más corta que en la enunciación técnica de la propuesta programática.
No supone esta afirmación un escepticismo respecto a la capacidad de cumplimiento de esa promesa enmarcada en una nueva conducción política, sino en la conciencia de que, individualmente, muy raras veces, le es dado al hombre alcanzar satisfacciones enteras en un esfuerzo ordenador. La contemplación histórica nos demuestra que el eslabonamiento de las conquistas políticas, son mucho más efectivas de lo que parece a los ojos del contemporáneo. Los factores económicos, culturales o militares, se producen en trayectorias quebradas, con retrocesos y vueltas a empezar. Pero la trayectoria ordenadora de la sociedad es continua y ascendente sobre las vicisitudes de la Historia. No podemos caer en el deslumbramiento de órdenes pasadas, que cumplieron su misión con menores o mayores justificaciones. Ni por los problemas nuevos, que, a cada paso, parecen hacer más dificultoso el mantenimiento de las conquistas políticas afirmadas por la historia.
El proceso de cambio debe tener, la paradójica dualidad de servir para adelantarse en el futuro político y reencontrarse con lo esencial de la propia personalidad histórica enterrada entre las cenizas del tiempo perdido. Robustecer la propia personalidad social dominando el futuro; esta es la tarea de todo resurgimiento.
El líder político, hombre al servicio inmediato del perfeccionamiento del orden humano, y por ello al servicio mediato del orden ecuménico, se entrega a la gran trayectoria perfectiva, a través de su circunstancia más próxima como su primer deber, convertido en sujeto atractivo, haciendo de su personalidad un imán social, para lograr espíritu de pertenencia, comunidad, patria. Con autoridad para afirmar la responsabilidad con personalidad pública con cuya sincronización histórica dependerá su acierto, representando en su dimensión más noble e inteligente , promoviendo desde la realidad popular a la que tiene que representar.
El nuevo líder estaría cumpliendo su tarea evolucionando el orden social, luego este existe como situación de hecho y como inacabable camino de perfección hacia el bienestar y la justicia. Es un deber ciudadano derrotar el pesimismo colectivo. Todo un reto ineludible.
MAP
*Reaparezco con mi columna dominical, luego de superar quebrantos de salud. Gracias a la enorme cantidad de amigos y lectores por sus testimonios de aprecio y buena voluntad..Gracias a quienes con sus oraciones contribuyeron a la intercesión de Dios.