La ciudad de Brownsville en Texas, donde ocurrió la tragedia contra los migrantes venezolanos, batalla con el flujo de migrantes.
Desde hace ya más de dos semanas, la ciudad de Brownsville en Texas comenzó a lidiar con el aumento de migrantes antes que dejen de aplicar el Titulo 42. Toda esta situación pone a prueba una franja de la frontera estadounidense que suele estar equipada para lidiar con grandes grupos de migrantes.
El ritmo de las llegadas a Brownsville pareció tomar desprevenida a la ciudad, saturando los servicios sociales y llevando a un refugio nocturno a rechazar a personas.
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Las autoridades señalaron que hasta la semana pasada, más de 15.000 migrantes, la mayoría migrantes venezolanos, han cruzado sin autorización el río cerca de Brownsville.
Esa cifra representa un aumento considerable en comparación con los 1.700 migrantes que agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron en las primeras dos semanas de abril.
“Es muy preocupante porque el desafío logístico que se nos presentó es enorme”, dijo Gloria Chávez, titular del sector Río Grande Valley de la Patrulla Fronteriza.
De momento no queda claro cuál es el motivo del aumento. Chávez señaló que los migrantes se han sentido frustrados al depender de una aplicación gubernamental con fallas técnicas para solicitar asilo en un cruce fronterizo. Algunos de los migrantes que cruzaron esta semana mencionaron otros motivos, como amenazas de cárteles que precedieron el incremento repentino.
El aumento ocurre cuando el gobierno del presidente Joe Biden planea acabar con las restricciones de asilo de la época de la pandemia. Las autoridades federales han dicho que los cruces diarios si autorización legal desde México podrían aumentar hasta 13.000 de los aproximadamente 5.200 en marzo.
Migrantes en todo Estados Unidos
Otras ciudades, algunas alejadas de la frontera sur de Estados Unidos, también batallan con el gran influjo repentino de migrantes. En Chicago, las autoridades reportaron la semana pasada 10 veces más llegadas de migrantes a la ciudad. Aproximadamente 100 migrantes han llegado diariamente y comenzaron a albergarse en estaciones policiales.
Brownsville se encuentra del otro lado del Río Bravo de Matamoros, México, en donde un campamento improvisado alberga 2.000 personas que esperan cruzar a Estados Unidos.
Hace dos semana, unas carpas fueron incendiadas y destruidas. Algunos migrantes dijeron que los responsables eran integrantes de pandillas respaldadas por cárteles. Pero un funcionario del gobierno insinuó que las carpas quizá fueron incendiadas por un grupo de migrantes frustrados por la larga espera.
En el centro de Brownsville, familias de Venezuela, Cuba, Haití y China caminaban sin rumbo con sus pertenencias mientras hablaban por celular.
Algunos esperaban autobuses mientras que otros estaban en el limbo, esperando a familiares antes de hacer planes para irse, pero sin encontrar albergue mientras tanto. Una pareja de venezolanos dijo que durmió en un estacionamiento después de ser rechazados en un albergue nocturno.
Funcionarios de Brownsville emitieron una declaración de desastre, como lo han hecho otras ciudades fronterizas ante los grandes influjos repentinos de migrantes.
“Nunca habíamos visto estas cantidades”, dijo Martin Sandoval, vocero del Departamento de Policía de Brownsville.
Titulo 42
Buscan la reorganización de recursos en la frontera, en uno de los sectores más transitados con muchos empleados de la Patrulla Fronteriza. El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos se prepara para poner fin al uso del Título 42, que les permitió rechazar peticiones de asilo.
El gobierno ha expulsado a migrantes 2,7 millones de veces bajo una norma en vigor desde marzo de 2020 que niega el derecho a solicitar asilo en Estados Unidos. El Título 42, como se conoce la norma de salud pública, está programado para acabar el 11 de mayo cuando Estados Unidos levante su última restricción contra el COVID.