En la segunda entrega de Triunfo Femenino, Gloria Pérez devela su camino hasta la selección nacional para disputar el sudamericano.
“El ansia de triunfo anidaba en el ángulo de la red, a espaldas del arquero”, así escribió el poeta argentino Bernardo Canal Feijóo, quien unió el fútbol con la poesía. Es probablemente el verso de Canal Feijóo lo que pasa por la mente de la segunda entrevistada en Triunfo Femenino para Nuevo Día. Triunfo Femenino con Gloria Pérez, “la Killer” revela el proceso para llegar a la selección.
En la segunda entrega de una serie de entrevistas a jugadoras de fútbol, este Triunfo Femenino de Nuevo Día se tiñe Vinotinto junto a una goleadora de alto calibre que forma parte de la selección nacional femenina de fútbol sala, misma selección que disputó el sudamericano en Brasil.
Gloria “Pichi” Pérez, oriunda de la ciudad de Coro en el estado Falcón, es una de las goleadoras de la Vinotinto femenina de futsal. En la segunda entrega de Triunfo Femenino, Gloria cuenta cómo ha sido su paso en el fútbol nacional.
—La Gloria de los inicios, ¿cómo empezó tu historia como goleadora?
—Mi carrera futbolística comenzó a los 10 años. Yo quería enfocarme en jugar algún deporte, pero no sabía cuál. Recuerdo que comencé jugando baloncesto, pero era tan pequeña que mis padres no me podían llevar a los entrenamientos en Bobare y dejé de ir.
»Busqué una solución. Yo vivo en los bloques de Cruz Verde en Coro y, cuando visitaba a mi abuela, recuerdo que había una cancha donde siempre habían chamos jugando y el fútbol me atrapaba, quería jugarlo; desde pequeña comencé a ir a la cancha para entrenar en el equipo de los varones y me enamoré de la pelota. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba en un equipo femenino. Recuerdo que el equipo tenía un nombre muy chistoso: los Pollitos, así se llamaba ese equipo en el que comencé a jugar desde pequeña.
—Empoderamiento femenino en la cancha, ¿qué tan difícil fue jugar fútbol siendo mujer?
—Era la única mujer en los campeonatos cuando estaba en el equipo masculino. Recuerdo que decían: “¿Van a jugar con esa chama? Es niña y la pueden golpear”, pero mi entrenador decía: “Ella es niña, pero juega mucho”. Todos quedaban impresionados, lograba marcar goles y hasta quedaba como goleadora de los campeonatos masculinos.
“No estaba en ningún equipo donde me pagaran”.
»Siempre estaba de caimana en camiana, así fue el comienzo porque no estaba en ningún equipo donde me pagaran. Un día, una chica me vio jugar y me preguntó que si estaba en algún equipo y me llevó a una cancha de fútbol donde había un equipo femenino. Mi primer equipo femenino fue Águilas de Cristo, luego comencé a enfocarme más, dejé las caimanas, estudié y me cuidé muchísimo. Fue así como llegué al fútbol campo con Heroínas de Falcón.
—Primera experiencia vinotinto, ¿cómo se gestó tu llegada a la selección nacional?
—Cuando estaba en Heroínas, pude ir a un módulo de la Vinotinto con Pamela Conti ya como seleccionadora nacional. Duré tres años entrenando de manera intensa para llegar al módulo en las mejores condiciones posibles. Cuando llegué a Punto Fijo para el módulo vinotinto, habían chicas de otros estados, además de las de Falcón.
“El módulo vinotinto de campo fue una experiencia en la que me llevé una gran lección”.
»En ese momento, yo anhelaba entrar a la Vinotinto femenina de fútbol campo. Recuerdo que Pamela Conti y su cuerpo técnico me preguntaron qué posición jugaba y les dije que era delantera, pero ellas me dijeron que jugara como carril izquierdo. Jugué como delantera, era mi posición natural. Cuando están dando el listado de las chicas seleccionadas, no me nombran y el cuerpo técnico dijo: “Una jugadora que nos gustó mucho no quedó por no jugar la posición que le pedimos”. Sabía que se referían a mí y entendí que en fútbol la disciplina va de la mano con el talento.
»Mi mundo se vino encima. No sabía cómo decirle a mis padres que fallé. Luego, por problemas personales, me retiré del fútbol campo y retomé el fútbol sala. Mi profesor Carlos Salom me ayudó mucho, yo era poco disciplinada y el fue quien me ayudó a enfocarme y pude madurar lo suficiente.
—El futve como puente a la selección de futsal
—Hicieron otra especie de módulo en la Liga Futve, para jugar con Candeleros de Miranda. Viajé a Miranda, tuvimos otro chequeo y la mayoría de mi equipo quedamos seleccionadas. Fue así como pude jugar por primera vez como profesional a mis 19 años, donde debuté con gol y lloré de la alegría.
“Yo creo mucho en mí misma. Si me lo propongo, llego lejos”.
»En septiembre del año pasado, cuando ya jugaba en la Liga Futve de futsal femenil, fueron semanas duras de entrenamiento previo. Llega un punto donde no puedes hacer los ejercicios, pero tu mentalidad dice: “Tú sí puedes. Si hay que hacer esto para llegar lejos, hay que hacerlo”.
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»Las lesiones me dejaron un tiempo fuera, fue bastante difícil, las lesiones son un duro golpe emocional. Sin embargo, me alcanzó para ser vista por la seleccionadora de la Vinotinto femenina de futsal; incluso el día de mi lesión estuvo presente y, pese a eso, me llamaron para formar parte de la selección nacional. El cuerpo técnico de la selección estaba buscando llevarse a las destacadas de la Liga Futve y para mi fue un honor que, aún en medio de mi lesión, me llamaran; solo pude jugar tres partidos y aún así confiaron en mí.
»Fui el módulo de prueba con la mentalidad de no tener ninguna lesión en el tobillo. Llegué a Caracas y había momentos donde dudaba debido al poco tiempo de recuperación que tenía y no podía dar el top. Pero me coloqué el vendaje y lo intenté porque sabía que podía lograrlo.
»Jugamos contra el equipo masculino de Centauros, fue complicado, pero mi mente estaba enfocada en lograrlo. Milagro Infante, la DT, anunció que de 15 quedarían 12 y, el día antes, en una reunión, me pide mi opinión. Le dije que una lesión deportiva te baja el ánimo, pero estaba orgullosa de haber llegado hasta ese punto y, si no se daba ahora, sabía que en la siguiente oportunidad lo lograría. Durante el desayuno del día siguiente, una compañera me dice: “Chama, quedamos todas las de Falcón”. Me emocioné demasiado porque representar a mi país era un sueño.
—El sudamericano, una experiencia sin precedentes, ¿cómo lo viviste?
—Toda la experiencia del sudamericano fue increíble. De un momento a otro, la selección me ayudó a sacar mi pasaporte y tomé rumbo a Brasil para representar a mi país. Estando en Brasil, conocimos un poco el país, pero sin perder el enfoque ganador. Empatamos el primer partido contra Ecuador y recuerdo que pensé: “Ya estoy aquí y nada nos puede detener”.
“Durante el sudamericano, aprendí que esto no se trata solo de mejorar como jugadora, sino también como persona. Se trata de crecer dentro y fuera de la cancha. Le debo mucho a todos mis profesores en Falcón por llevarme de la mano hasta esta instancia”.
»Competir con los colores de la selección en otro país es un experiencia única. No pudimos ganar, pero en la próxima oportunidad sé que nos traeremos el título a nuestro país.
—¿Dónde te ves en el futuro?
—Soy estudiante de fisioterapia y en el futuro quisiera tener mi propia clínica y ayudar los atletas y personas que no tengan recursos para poder costearse sus terapias. También a las personas mayores, ya que en Venezuela tenemos serios problemas económicos.
»En lo deportivo, me falta conocer a Deyna Castellanos, quien es mi modelo a seguir; y conocer a Messi, quien es mi mayor ídolo del fútbol. Quisiera terminar mi carrera en Europa como jugadora del Barcelona. Sé que pasará porque lo quiero.