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jueves, diciembre 12, 2024

Fin del Título 42 prueba el sistema migratorio de EEUU

La culminación de la aplicación del Titulo 42 en la frontera entre Estados Unidos y México a dejado una crisis migratoria importante.


Con el final de las restricciones al asilo, llamado Título 42, ligadas a la pandemia del coronavirus en la madrugada del viernes. Los migrantes en el norte de México enfrentaban más dudas sobre el nuevo sistema online de citación para solicitar protección en Estados Unidos. Algunos seguían vadeando el río Bravo con temor, desafiando a los funcionarios que les pedían a gritos que regresasen. Mientras que en otros puntos de la frontera se encorvaban sobre sus celulares para tratar de acceder a la app que podría cambiar su futuro.

El gobierno del presidente Joe Biden presentó sus nuevas normas en un intento de frenar la llegada ilegal de solicitantes de asilo a través de la frontera. Endurecieron las sanciones previas a la pandemia y creando nuevas vías legales para obtener protección y que tratan de anular a los traficantes de personas sin escrúpulos.

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La transición al nuevo sistema se produjo durante la noche, en medio de los esfuerzos desesperados de los migrantes para cruzar una frontera reforzada.

En Florida, un juez federal asestó un revés potencialmente grave al plan gubernamental al bloquear temporalmente su intento de liberar más rápidamente a los migrantes. Las instalaciones de detención de la Patrulla Fronteriza se encuentren al máximo de su capacidad.

La decisión, cruzar o no cruzar

En Matamoros, al otro lado de la frontera de Brownsville, Texas, familias migrantes, algunas con niños en brazos, dudaron apenas un instante al vencer el plazo. Se adentraron en las aguas del río Bravo que separa las dos ciudades, aferrándose a sus celulares para iluminar el camino hacia Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses les gritaron para que diesen media vuelta.

“Tengan cuidado con los niños”, gritó un agente a través de un megáfono. “Esto es especialmente peligroso para los niños”.

Por otra parte, en un campamento de migrantes al aire libre junto al puente fronterizo que separa Ciudad Juárez de El Paso, Texas. Los celulares se iluminaban mientras los migrantes trataban de concertar una cita de asilo online. Todos buscan la aplicación administrada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).

“No hay otra forma de entrar”, dijo la venezolana Carolina Ortiz, que estaba acompañada de su esposo y dos sus hijos, de 1 y 4 años.

Otros en el asentamiento tenían el mismo plan: seguir probando suerte en la app.

Fin del Titulo 42

Las normas que expiraron, conocidas como Título 42, estaban en vigor desde marzo de 2020. Permitían a los agentes fronterizos devolver rápidamente a los solicitantes de asilo a través de la frontera con el argumento de prevenir la propagación del COVID-19.

Aunque el Título 42 impidió pedir asilo a muchos, no acarreaba consecuencias legales, lo que alentaba los intentos reiterados de ingreso. Después del jueves, quienes crucen de manera ilegal enfrentan la posibilidad de que se les prohíba entrar al país hasta por cinco años, así como posibles cargos penales.

Los migrantes custodiados por las autoridades estadounidenses frente a Tijuana, entre dos muros fronterizos, no reaccionaron de forma visible al final de las restricciones. Durmieron en el suelo bajo luces brillantes y soportando el aire fresco de la primavera. Los albergues de Tijuana estaban llenos con alrededor de 6.000 personas.

De momento se desconoce cuántos migrantes se movilizaron o cuánto podría durar la oleada. Pero el jueves en la noche el flujo parecía desacelerándose en ciertos lugares, aunque no estaba claro el motivo ni si volvería a incrementarse los cruces.

Puedes leer: Fin del Título 42 ¿ahora que viene para los migrantes ilegales?

Un funcionario federal estadounidense reportó que la Patrulla Fronteriza detuvo a unos 10.000 migrantes el martes, casi el doble que el promedio diario del mes de marzo. Algo por debajo de los 11.000 que las autoridades han fijado como límite máximo que prevén tras el vencimiento del Título 42.

Había más de 27.000 personas bajo custodia de la CBP, agregó el funcionario.

“Nuestros autobuses están llenos. Nuestros aviones están llenos”, dijo Pedro Cardenas, comisionado municipal de Brownsville, mientras los recién llegados se dirigían a distintos puntos de Estados Unidos.

Aplicable o no las nuevas medidas

El gobierno espera que el nuevo sistema sea más ordenado y ayude a algunos a solicitar asilo en Canadá o en España en lugar de en Estados Unidos. Pero Biden ha reconocido que la frontera será un caos durante algún tiempo. Los grupos de defensa de los migrantes han amenazado con emprender acciones judiciales. Y quienes huyen de la pobreza, de las pandillas y de la persecución en sus países de origen siguen desesperados por llegar a territorio estadounidense a cualquier precio.

Las instalaciones de detención a lo largo de la frontera estaban muy por encima de su capacidad. Pero la noche del jueves, el juez federal T. Kent Wetherell, designado al cargo por el presidente Donald Trump, frustró el plan del gobierno. Que era comenzar a dejar en libertad a los migrantes cuando los centros de detención alcanzaran el 125% de su capacidad. O en donde las personas estuvieran retenidas por un promedio de 60 horas. Las liberaciones expeditas, con notificaciones para reportarse a una oficina de inmigración en los siguientes 60 días. También se habrían activado cuando las autoridades detuvieran a 7.000 migrantes a lo largo de la frontera en un solo día.

El estado de Florida argumentó que el plan del gobierno era prácticamente idéntico a otra medida de Biden que había sido invalidada previamente por una corte federal. Horas antes el jueves, el Departamento de Justicia argumentó que su nueva medida era en respuesta a una emergencia. Y que evitar que se implementara “podría abrumar la frontera y plantear graves riesgos a la salud y la seguridad de los no ciudadanos y los funcionarios de inmigración”.

Wetherell bloqueó las liberaciones durante dos semanas y programó una audiencia para el 19 de mayo para determinar si se extiende o no la orden.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ya había advertido de un mayor hacinamiento en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza.

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