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viernes, noviembre 22, 2024

Frío y hambre acechan a Turquía y Siria tras terremoto

La cifra de fallecidos por el terremoto en Turquía y Siria supera los 20.000. Los sobrevivientes enfrentan el frío y la falta de alimentos.


Miles de personas que perdieron sus hogares en un terremoto catastrófico se cobijaban el jueves en torno a hogueras y piden agua y comida en medio del frío invernal, tres días después de que el temblor y una serie de réplicas golpearan Turquía y Siria. La cifra de fallecidos supera los 20.000.

Los rescatistas continuaban su carrera por sacar a más personas con vida de entre los escombros, mientras se acababa el tiempo para encontrar sobrevivientes atrapados.

Aunque las historias de rescates milagrosos alegraban brevemente el ánimo, la dura realidad de las penurias para decenas de miles de personas que habían sobrevivido al desastre arrojaban una sombra sobre los esfuerzos.

En la ciudad turca de Antakya, docenas de personas trataban de conseguir ayuda ante un camión que repartía abrigos infantiles y otros suministros.

Equipos de rescate buscan gente entre los escombros de edificios destruidos en Antakya, en el sur de Turquía. Foto/AP

Ahmet Tokgoz, un sobreviviente, pidió al gobierno que evacuara a gente de la devastada región. Aunque muchos de los decenas de miles que han perdido sus hogares han encontrado refugio en carpas, estadios y otros alojamientos temporales, otros han pasado las noches al raso desde el sismo de magnitud 7,8 del lunes.

“Especialmente con este frío, no es posible vivir aquí”, dijo. “La gente se calienta alrededor de las hogueras, pero las hogueras sólo te calientan hasta cierto punto (…) Si la gente no ha muerto de quedar atrapada bajo los escombros, morirán del frío”.

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Ayuda de la ONU

Mientras tanto, el jueves por la mañana llegaron los primeros camiones de ayuda de Naciones Unidas, ONU, que entraban en las zonas rebeldes en el noroeste de Siria desde Turquía después del terremoto.

Organizaciones más pequeñas han enviado cargamentos, pero Naciones Unidas es la única autorizada para llevar ayuda por un paso fronterizo y los daños en las carreteras lo habían impedido hasta ahora.

El tiempo invernal y los daños en carreteras y aeropuertos por el temblor han complicado la respuesta al desastre en una región que ya sufría las consecuencias de más de una década de guerra civil en Siria.

Ese conflicto desplazó a millones de personas dentro de Siria e hizo que muchos dependieran de la ayuda humanitaria. Otros millones de personas buscaron refugio en Turquía, al otro lado de la frontera.

Siguen las labores

Mientras tanto, los equipos de emergencia a ambos lados de la frontera trabajaron toda la noche para buscar sobrevivientes. Los expertos señalaron que la ventana de sobrevivencia para las personas atrapadas o que no pueden conseguir productos básicos se cerraba con rapidez. También dijeron que era demasiado pronto para abandonar la esperanza.

En la localidad turca de Elbistan, los rescatistas formaron cadenas humanas mientras excavaban entre edificios derruidos y pedían silencio con la esperanza de oír las tenues llamadas de auxilio. Pero cada vez con más frecuencia, sacaban cuerpos inertes de entre los escombros.

La familia de Hayva Havam aún confiaba en ver de nuevo con vida a tres de sus miembros, y esperaban sentados junto al fuego ante su antiguo hogar, ahora un montón de ruinas.

Varias personas se calientan alrededor de una hoguera delante de edificios destrozados, en el sur de Turquía. Foto/AP

Esperanza

En Antakya, al sur, los rescatistas sacaron a una niña, Hazal Guner, de entre los escombros de un edificio y a su padre, Soner Guner, también con vida, según reportó la agencia noticiosa IHA.

Mientras preparaban al hombre para meterlo en una ambulancia, los socorristas le contaron que su hija estaba viva. “Los quiero a todos”, susurró débilmente al equipo.

Más de 110.000 rescatistas participaban ya en los esfuerzos, según la agencia turca de gestión de desastres, y se habían enviado más de 5.500 vehículos como tractores, grúas, topadoras y excavadoras.

“Trabajamos contra el tiempo. El tiempo se acaba”, dijo el grupo paramédico sirio Cascos Blancos, que opera en la región noroeste controlada por rebeldes. “Cada segundo podría suponer salvar una vida”.

Cifras oficiales

Aun así, la escala del sufrimiento y la pérdida era enorme. Erdogan anunció el jueves que la cifra de muertos había superado los 17.100 en su país, con más de 70.000 heridos. Del lado sirio, que incluye zonas bajo control del gobierno y otras rebeldes, se han reportado más de 3.100 muertos y más de 5.000 heridos.

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