En el río Grande, Texas, se suscitó un lamentable suceso en el que dos migrantes venezolanos, padre e hija, de cinco años, fallecieron en el intento de cruzar las aguas en busca de nuevas oportunidades en Estados Unidos.
De acuerdo con reportes de la periodista Ali Bradley, ambos fueron arrastrados por la corriente mientras trataban de ingresar ilegalmente al país.
La situación en la frontera se ha vuelto más intensa, con un notable incremento en la cantidad de migrantes que buscan ingresar. Se ha observado que grupos de más de 100 personas cruzan a diario, lo que plantea desafíos significativos tanto para las autoridades locales como para los propios migrantes.
Además, agentes de la Patrulla Fronteriza hallaron el cuerpo de un hombre cerca de Eagle Pass, aunque aún no han confirmado si se trata del padre venezolano que perdió la vida junto a su hija. Estamos a la espera de recibir información adicional.
Este trágico evento subraya los riesgos intrínsecos de la travesía que muchos inmigrantes enfrentan al intentar cruzar el río Grande. Los relatos sobre el aumento en los cruces exponen una realidad preocupante.
Motivados por la búsqueda de seguridad y nuevas oportunidades, muchos migrantes se ven obligados a asumir riesgos extremos. Las condiciones climáticas adversas y las corrientes peligrosas convierten este trayecto en una empresa mortífera.
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Cada vez más, los fallecimientos en las rutas migratorias ilegales hacia Estados Unidos suscitan preocupación a nivel internacional, ante el alarmante incremento de pérdidas humanas y personas que optan por transitar por estos peligrosos caminos.
Con información de 2001/El Siglo
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