El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció este jueves el cierre paulatino de los centros migratorios que han funcionado desde 2016 en la provincia del Darién, donde atendieron a cientos de miles de indocumentados, debido a la caída en hasta un 98 % del flujo hacia el norte del continente.
“Hace un año teníamos 36.841 migrantes cruzando por Darién, hoy marzo llegamos a 112. Una disminución importantísima, que representa de entre el 97-98 % de éxito por parte de las autoridades de Migración y el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront)”, detalló Mulino.
Durante su conferencia de prensa semanal declaró que “no permitiremos más migrantes en esa zona del Darién y cerramos una operación que comenzó en el año 2016 (…) me da mucha complacencia haber cumplido y haber cerrado el Darién, con lo que eso significa para la seguridad regional y panameña”.
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Se trata, explicó el jefe de Estado, de los centros de Bajo Chiquito y Canaan Membrillo, donde las autoridades panameñas junto con cerca de una veintena de entes de Naciones Unidas y ONG atendían a los migrantes apenas salían de la peligrosa selva del Darién, la frontera natural con Colombia y que también da nombre a la provincia panameña.
Con información de portales