Así como Chevron, la española Repsol y la italiana Eni esperan “contar con el visto bueno” para poder “reimpulsar” sus operaciones en la nación.
La autorización a Chevron para retomar operaciones en Venezuela ha aumentado las expectativas de otras multinacionales que plantean la idea de reimpulsar la producción del país.
El gobierno venezolano está seguro de que otras multinacionales se sumarán a Chevron debido a la necesidad que tienen Estados Unidos y Europa tras su veto al petróleo ruso por la guerra en Ucrania, lo que ha disparado los precios de la energía.
A Chevron —que a finales de noviembre recibió luz verde de EEUU para retomar operaciones en Venezuela, aunque con limitaciones— “le seguirán otras (empresas), producto, precisamente, de una crisis energética”, pronosticó este mes el presidente de la Comisión de Economía y Finanzas del Parlamento, el oficialista Jesús Faría.
Esa expectativa, según la Cámara Petrolera de Venezuela (CPV), también recorre los pasillos de empresas como la española Repsol y la italiana Eni, las cuales esperan “contar con el visto bueno” y que “se les flexibilice la regulación o la restricción con la que están operando” para poder “reimpulsar” sus operaciones en la nación con las mayores reservas de crudo del mundo.
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Con estas empresas activas, Venezuela podría superar el millón de barriles por día (bpd), siempre y cuando se cumpla el mismo precepto: una flexibilización de las sanciones.
“Tenemos la expectativa de que haya un pronunciamiento que permita que las empresas operadoras europeas puedan acercarse también y reactivar, de una manera más amplia, sus operaciones en Venezuela, incluyendo, por supuesto, lo que tiene que ver con la comercialización de productos”, dijo a Efe el ingeniero Enrique Novoa, presidente de la CPV.
Resultado de negociaciones
El pasado 26 de noviembre y como resultado de la reanudación del diálogo entre el cobierno y la oposición, Chevron recibió el visto bueno para retomar la producción y extracción de petróleo o derivados procedentes de las empresas conjuntas con PDVSA, lo que, según expertos, aumentará la producción en unos 125.000 bpd.
Ahora, se espera que arranque un proceso de flexibilización de las sanciones, que “han afectado la economía venezolana y, sobre todo, la economía petrolera”, debido a que también ocasionaron que las empresas europeas restringieran sus operaciones, explicó Novoa.
En este sentido, Estados Unidos debe “indicar o establecer algún tipo de autorización o de consentimiento para que las empresas europeas puedan también incorporarse”, agregó.
Con información de El Universal