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sábado, abril 27, 2024

El PCV presente en el Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros

El XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO) que se realiza en La Habana, Cuba.


Este sábado, Héctor Rodríguez, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, presentó la contribución del PCV al XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO) que se realiza en La Habana, Cuba.

142 delegados y delegadas de 73 partidos, provenientes de 57 países, se reúnen en este cónclave del Movimiento Comunista Internacional.

A continuación reproducinos la intervención del PCV:

Estimadas y estimados camaradas

En nobre del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela les hacemos llegar un saludo fraterno y combativo.

Queremos agradecer al Partido Comunista de Cuba (PCC) y al pueblo cubano por la hospitalidad y la extraordinaria organización de este evento, aun en medio de la dificultades que impone la agudización del asedio imperialista y los embates de la naturaleza.

Desde el Partido Comunista de Venezuela (PCV), le transmitimos al heroico pueblo cubano y su vanguardia, el Partido Comunista de Cuba, nuestra firme solidaridad en la lucha contra el criminal bloqueo y la política sistemática de agresiones del imperialismo estadounidense.

La crisis capitalista

Los trabajadores del mundo vivimos momentos complejos. El modo de producción capitalista avanza hacia una nueva y potente crisis cíclica general que se viene manifestando en la creciente intensificación de la competencia por el control de los mercados, rutas comerciales y materias primas. El imperialismo se torna más agresivo, multiplicando su política injerencista, las ocupaciones militares, las tensiones por disputas territoriales y los conflictos bélicos de diversas escalas.

La clase trabajadora y los sectores populares somos quienes pagamos las consecuencias generadas por la crisis capitalista y la creciente agresividad del capital mundial. Los recortes al gasto público, las privatizaciones, la reducción de salarios, las desregulación laboral, pero también la militarización, las sanciones ilegales y la guerra, son todas políticas concretas que el capital monopólico implementa desde los Estados-Nación con el fin de incrementar la rentabilidad de sus capitales y buscar derrotar en la competencia a los países rivales, sacrificando masivamente los derechos de los trabajadores del mundo.

La burguesía de cada país busca que la clase obrera acepte sin resistencia los sacrificios que imponen sus políticas anti-populares, y las consecuencias de sus aventuras bélicas. El auge del nacionalismo, el fascismo y de los partidos de ultraderecha se corresponde con esta estrategia del gran capital que persigue dividir internacionalmente a la clase obrera y subordinarla a sus objetivos. Junto al engaño del nacionalismo de ultraderecha, las nuevas máscaras que asume la socialdemocracia, también funcionan como trampas ideológicas dirigidas a neutralizar el potencial revolucionario que tiene la clase trabajadora para aprovechar la crisis para sus propios fines y objetivos: el derrocamiento de la burguesía, la toma del poder político y la construcción del Socialismo-Comunismo.

El papel de los Partidos Comunistas y Obreros en la construcción de la unidad mundial de la clase obrera, el ejercicio del internacionalismo proletario y la acción independiente de la clase trabajadora como clase social para sí, toma cada vez más importancia y vigencia en la medida que la barbarie capitalista muestra su potencial destructivo sobre la humanidad y la naturaleza.

La lucha de clases en Latinoamérica y El Caribe

Las y los trabajadores de Latinoamérica y El Caribe no están exentos de esta realidad. Si bien la región vive un nuevo auge electoral del progresismo, lo concreto es que estas experiencias de gobiernos apenas avanzan en tímidas reformas, mostrándose incapaces para acometer transformaciones de fondo.

La nueva ola progresista viene además con un carácter más marcadamente socialdemócrata, con fuertes alianzas con sectores del capital y, por ende, con programas políticos más conservadores. Sin embargo, no dejamos de considerar destacables los históricos levantamientos y victorias populares en Chile, Colombia y Bolivia.

La experiencia de 20 años de progresismo en la región ha demostrado cómo —en algunos casos— estos gobiernos también terminan aplicando políticas de ajustes anti-populares cuando el capital lo demanda. Tal realidad le impone a nuestros partidos la necesidad de plantearse el problema de la acción cada vez más independiente de la clase trabajadora frente al policlasismo impotente de estas fuerzas que terminan profundizando la frustración en las masas trabajadoras y abriendo puertas a fuerzas reaccionarias de carácter fascista y ultranacionalista.

La realidad de Venezuela

Venezuela es hoy la experiencia concreta más contundente que devela los límites del progresismo. De la política antiimperialista, de nacionalizaciones de sectores estratégicos, lucha contra el latifundio y defensa de los derechos sociales y laborales, se pasó abruptamente a la agenda económica liberal de privatizaciones, liberación de precios, devolución de tierras a los terratenientes, desregulación laboral y desmontajes de conquistas sociales.

Las sanciones criminales del imperialismo representan una importante traba para la economía del país, agudizando los sufrimientos del pueblo trabajador. El PCV ha sido y continúa siendo firme y contundente en la condena de las ilegales sanciones e injerencia imperialista, de la misma forma que rechazamos y combatimos que estas se utilicen para justificar la deriva neoliberal del actual gobierno y la política de criminalización de las legítimas luchas de la clase obrera y el movimiento popular.

Debemos decirlo, el gobierno del Presidente Nicolas Maduro está implementando un agresivo ajuste dirigido a brindar garantías al capital mundial y nacional, amplificando los efectos de la crisis y las sanciones imperialistas sobre los trabajadores y las capas populares.

La piedra angular del ajuste es la política laboral. El salario mínimo legal no llega a los 15 dólares mensuales y cada día se deteriora con el avance de la inflación y la devaluación de la moneda. Los patronos aprovechan esta situación para des-salarizar los ingresos de los trabajadores, fijar los pagos según la libre regulación del mercado laboral e imponer condiciones de sobreexplotación a las masas trabajadores.

De esta política de saqueo y explotación de la fuerza de trabajo es de donde brota lo que el gobierno llama el “milagro económico” de Venezuela. El típico crecimiento capitalista que eleva la precariedad, la pobreza, la desigualdad social y estimula la migración forzada, porque se alimenta del sacrificio de los trabajadores.

La resistencia obrera popular y la construcción de la Alternativa Revolucionaria

La resistencia del movimiento obrero y popular al ajuste neoliberal está siendo respondida con una feroz persecución, criminalización y judicialización de sus luchas. Abundan los casos de trabajadores despedidos, judicializados y detenidos por pelear por sus derechos y denunciar corrupción en empresas públicas y privadas. Aprovechamos para agradecer la solidaridad de los Partidos Comunistas y Obreros que se han manifestado por estas causas justas de los trabajadores injustamente encarcelados en Venezuela.

Los ataques contra el PCV son expresión de esta arremetida gubernamental contra la clase trabajadora. No solo se nos niega nuestro derecho a tomar la palabra en el Parlamento, también se nos aplica una brutal censura comunicacional y en pasados procesos electorales se nos ha vulnerado el derecho político a presentar candidaturas propias. Alertamos a los Partidos Comunistas y Obreros del Mundo que está en desarrollo un plan dirigido a ilegalizar el PCV y asaltar su dirección política.

El PCV, el movimiento obrero y las capas populares estamos luchando contra este nuevo pacto de élites y su programa económico. No es una tarea fácil; pero la clase obrera no tiene otro camino. Frente a la unidad de los capitalistas en el pacto de élites, la clase obrera y las capas populares deben avanzar también en su unidad y capacidad de acción política independiente para hacer posible la alternativa revolucionaria a la crisis y la agresión imperialista.

Este es el eje central que marca el desarrollo de nuestro 16 Congreso Nacional que realizaremos en los próximos días del 3 al 5 de noviembre bajo la consigna: “¡Amplia unidad obrero-popular para derrotar la ofensiva del capital!”

Finalmente, desde el PCV reiteramos nuestra solidaridad con el pueblo de Cuba y la Revolución cubana; con los países bajo la dirección de Partidos Comunistas y Obreros; con los pueblos que luchan por su derecho a la autodeterminación; con el movimiento obrero que se levanta contra los planes del capital de imponer mayores sacrificios en el marco de la guerra y la crisis y con los Partidos Comunistas que enfrentan el fascismo y gobiernos autoritarios que restringen sus libertades democráticas y políticas.

Tomado de Tribuna Popular

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